Restaurante Sacha en Madrid: tradición y calidad
A continuación, nos vamos a adentrar en los fogones del restaurante Sacha en Madrid. Conoceremos el local que abrieron Carlos Hormaechea y Pitila Mosquera en 1972. Un espacio fantástico que merece la pena descubrir en la capital.
El nombre del local es el del hijo de Carlos y Pitila, Sacha Hormaechea. Además, desde hace años es el que comanda este bistró. En el restaurante Sacha, el principal objetivo es satisfacer a sus comensales dando de comer buenos platos con una acentuada personalidad.
Sus orígenes
En los orígenes de este restaurante está la unión en lo emocional y gastronómico de un vasco y una gallega. Ambos tuvieron éxito con su propuesta, y de ello da buen testimonio el éxito que tiene entre los madrileños y quienes visitan esta ciudad.
Hoy en día, el éxito y continuidad hacen que siga llenando sus mesas diariamente, cuarenta años después de que se produjese su apertura.
Sacha Hormaechea, creatividad al mando
Hablamos de un hombre con carisma, que además de tabernero es también fotógrafo. El chef ha demostrado su valía en este restaurante situado en el barrio de Chamartín, muy cerquita de la plaza de Cuzco. Un espacio que tiene un look elegante de bistró afrancesado.
Estamos, como antes decíamos, en un sitio con personalidad. Los años de experiencia también son muy a tener en cuenta, y salvo contadas excepciones, llevar décadas abierto suele ser buen síntoma, aunque hay que ir haciendo ligeros cambios.
Sacha se aleja por voluntad de las redes sociales. Lo que busca es el contacto con el cliente, un cara a cara gracias al que conoce los gustos y sensaciones de los que llegan a su local buscando una buena comida.
La carta del restaurante Sacha
Este buen restaurante tiene una oferta de lo más variada. Vamos a conocer brevemente en qué consiste.
Especialidades
Podemos hablar de las ostras escabechadas, que las realiza según la “receta del cura de Rianxo”, y que es la manera en la que se conservaba y mandaba en barriles de Galicia a Inglaterra y que gente tan famosa como Oscar Wilde degustaba. La tortilla “vaga” que está hecha solo por un lado también es otra de sus especialidades.
Platos temporales
La lista variable también entra en juego y pueden degustarse platos tan sabrosos como una lasaña de changurro con erizo, lentejas con tuétano, consomé, pincho de rape y langostinos o una brocheta de solomillo.
No podemos olvidar que en la carta se conservan platos como la sopa Finisterre, que es solo los viernes; la ensalada “Sacha”, los ahumados “Sacha, etc.
Verduras
La verdura también es importante. Aquí podemos citar algunos de los platos que están vinculados al campo y la huerta. Destacan las alcachofas fritas, los espárragos de dos salsas, la sopa de cebolla o la tradicional ensalada de corujas.
Lo importante es comer bien y en este bistró se consigue. Pero hay que considerar que la cuenta por lo general suele oscilar entre los 50 y los 65 euros. También merece resañar que uno de los añadidos que le da aún más encanto es su terraza urbana. Sin duda, luce magnífica con el buen tiempo.
Un restaurante especial
Este es uno de los restaurantes más interesantes de la oferta existente en la capital de España. Lo que ha hecho Sacha es superar el listón que sus padres le dejaron. Es una cocina de raíz gallega que tiene también tendencias catalanas. Sin embargo, se notan influencias de muchas partes del mundo.
Sacha se distingue por tener unas elaboraciones sencillas, pero que cuentan con buen producto. Apuestan por poco tratamiento y una chispa creativa que gusta mucho.
El local es cálido y podría decirse que tiene ambiente hogareño. Es un detalle que deja patente el gusto por una decoración en la que mandan los muebles clásicos, cuadros y demás recuerdos.
El servicio es del de toda la vida, atento y muy profesional. Los clientes fieles son el mejor testimonio de un restaurante que suele llenarse de manera diaria. Es decir, que lo mejor es reservar y, es siempre que se pueda, disfrutar de una bodega maravillosamente seleccionada.
Madrid oferta muchas posibilidades, tanto para el visitante como para los que ya viven en la villa y corte. Aun así, conviene tener en cuenta el restaurante Sacha, donde la tradición es norma.
Fotografía principal: Pablo Monteagudo / Flickr.com