Naves en Asturias, un rincón lleno de encanto
Al norte de la península ibérica se encuentra una tierra verde poblada de leyendas y seres mitológicos, un rincón de belleza singular que deja hechizado a todo aquel que lo visita. Esa región, hogar de xanas y trasgus, es Asturias, y ofrece destinos tan deliciosos como la pequeña aldea de Naves. Este pequeño pueblo es, sin duda, una elección perfecta para unas vacaciones inolvidables.
Naves posee una riqueza paisajística digna de un cuadro impresionista. Si además de sus parajes indómitos sumamos la historia encerrada en sus monumentos y la buena gastronomía, la receta para unas vacaciones de ensueño se pone de lo más interesante. Vamos a conocer un poco mejor este maravilloso rincón.
Naves, una aldea en tierra celta
La localidad de Naves se sitúa en el valle de San Jorge, en el concejo oriental de Llanes. La arquitectura típica astur ha tomado las calles. Pequeñas casas de piedra y cal, con balconadas y ventanas en oscura madera, pueblan la villa por entero. Los hórreos, centinelas de viandas, ocupan algunos patios.
Acostumbrados al turismo debido a las cercanas y famosas playas de Gulpiyuri y San Antolín, será difícil oír hablar a los lugareños la lengua tradicional del lugar, el bable, pero sí escucharemos que allí no llueve sino que orbaya. Y mucho.
El orbayu, una suave lluvia que no parece mojar pero que empapa, permite que la región nazca y se mantenga fresca y verde. Disfrutemos un poco del paisaje que rodea este diminuto territorio de no más de 183 habitantes, galardonado como el más bonito de Asturias en 1961.
Las inmediaciones de la aldea: un paisaje sin igual
Naves tiene dos playas englobadas dentro del denominado Paisaje Protegido de la Costa Oriental de Asturias: la playa de san Antolín, y la de Gulpiyuri.
La playa de San Antolín, patrón de Naves, es la mayor del concejo de Llanes, con 1200 metros de longitud. Está bañada por el mar Cantábrico y tiene forma semirecta.
Esta playa está hecha de arena fina y grava y posee abundante vegetación en ella, y un alto grado de peligrosidad por su fuerte oleaje, por lo que resultará ideal a todos los amantes del surf.
La playa de Gulpiyuri ha sido declarada monumento natural en el año 2001 y su conservación se debe en un alto grado a su escasa accesibilidad.
Se trata de una playa interior de arena fina, creada gracias a que al subir la marea el agua se adentra a través de una cueva en la tierra, dando hueco a un pequeño semicírculo de poca profundidad.
Ambos enclaves harán a los visitantes disfrutar de un tranquilo día de playa, siempre y cuando el tiempo acompañe.
“La calma absoluta no es la ley del océano. Lo mismo ocurre en el océano de la vida.”
-Paulo Coelho-
Cultura en las piedras
En la localidad de Naves existen muestras artísticas religiosas de suma importancia. La más conocida es la iglesia de San Antolín de Naves y Bedón, un templo benedictino del siglo XIII construido sobre la antigua capilla de Santa Ana.
Se encuentra en la desembocadura del río Bedón, que divide la playa homónima en dos. Sus rasgos típicos de la Orden de Císter la eximen de ornamentos y destaca su sobriedad y sencillez.
El monasterio dedicado al santo patrón fue construido en el siglo XII bajo la influencia del románico y hoy en día sólo quedan las ruinas. Los aldeanos cuentan que un noble acabó con la vida de su enamorada joven tras no corresponderle y el fantasma de este infame caballero ronda los restos del edificio.
Playa, arte y ciencias ocultas habitan la diminuta villa por doquier, dejemos que el cuento nos atrape.
Por si nos ha sabido a poco
Para apetitos voraces, el concejo de Llanes dispone de una innumerable oferta para todos los gustos. Muy cercana a la aldea de Naves encontraremos la turística Llanes. La urbe cuenta con un puerto que es centro neurálgico de la villa desde donde se articulan las principales avenidas.
Su paseo marítimo es precioso y regala las mejores vistas, ya que se encuentra en un pequeño alto. Desde él, el turista podrá ver la famosa pintura sobre los cubos de hormigón, denominada Cubos de la Memoria, de Agustín Ibarrola.
El municipio de Ribadesella no queda alejado y, si coincide que se visita durante el anual descenso del Sella, la diversión estará asegurada. Aunque el pueblo más limítrofe a Naves es San Antolín, un pequeño lugar habitado por 100 vecinos, que comparte playa y río con la aldea y que dispone de un mirador desde el que ver esconderse el sol, todo un espectáculo de la naturaleza.
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