El Kilimanjaro, la cima de África
El Kilimanjaro no es realmente una montaña, sino un volcán de triple cumbre situado al noreste de la República de Tanzania, justo cerca de la frontera con Kenia. Fácilmente reconocible por su silueta y la nieve que cubre su cima, es el pico más alto de África y una auténtica belleza natural.
Las 3 cimas del Kilimanjaro
El conjunto volcánico que conocemos como la montaña del Kilimanjaro está conformado por tres elevaciones: el Kibo, el Shira, y el Mawenzi; este úlimo se considera el tercer pico más alto del continente africano, después del monte Kenia.
La parte más alta de Mawenzi es Hans Meyer Point. Por otra parte, el Kibo es un volcán dormido y actualmente emite fumarolas menores.
El Shira es el cráter más antiguo de los tres que conforman el Kilimanjaro. Tiene una altura de 3.962 metros y se le conoce por ser el cráter más desgastado de los tres, con una meseta relativamente plana en las áreas norte y este, invadidas de materiales procedentes de Kibo.
Para los geólogos y topógrafos, el Kilimanjaro constituye una verdadera joya de estudio, ya que presenta una estructura realmente interesante. Por ejemplo, en la cima del Kibo, hay una caldera volcánica, es decir, una gran depresión, que incluye un cráter llamado ‘Reusch’ de 900 metros de diámetro.
En el borde meridional del Kilimanjaro, se puede apreciar el pico Uhuru, uno de los puntos más notables del Kibo y de todo el conjunto. Y por el lado suroeste de la cumbre, se encuentra la abertura occidental que se produjo hace 100.000 años y que se denomina Western Breach.
Descubrir el Kilimanjaro
Desde el año de 1987, el Kilimanjaro forma parte de la lista de lugares que son Patrimonio de la Humanidad, con lo cual, viene a ser una reserva forestal. No está permitida la caza dentro de sus límites y, en la actualidad, se hace todo lo posible por cuidar tanto de su flora como de su fauna, que incluye especies en peligro de extinción.
En lo que se refiere a la fauna, las zonas menos elevadas son las que ofrecen una mayor cantidad de especies. Allí se pueden encontrar distintas especies de monos, leopardos, antílopes, búfalos o elefantes, una gran variedad de aves, entre otros animales.
En el Parque Nacional del Kilimanjaro se pueden encontrar desde glaciares, áreas de nieves perpetuas y páramos alpinos hasta selva tropical, desiertos y, por supuesto, la sabana en sus faldas. No obstante, se conoce que los glaciares están, desde hace años, en retroceso debido al calentamiento global.
Debido a su cercanía con el océano Índico y al gran tamaño del parque es posible admirar todo tipo de ecosistemas. El Kilimanjaro hace de barrera natural para los vientos monzónicos, que barren el este de África desde marzo hasta agosto.
Las lluvias son importantes en la vertiente sur, puesto que aportan la humedad necesaria para la vida de la flora y fauna. Luego, en las partes más elevadas, donde hay mayores concentraciones de nieve y hielo, la flora y la fauna son escasas.
El ascenso al Kilimanjaro
Es curioso que esta maravilla de la naturaleza no fuera conocida hasta bien entrado el siglo XIX. Fue el misionero alemán Johannes Rebmann, junto a Ludwing Krapf, quien descubrió el macizo en 1848. Sin embargo, sus primeros relatos sobre la belleza de este lugar apenas fueron tenidos en cuenta.
Poco a poco, llegaron a la zona más misioneros y exploradores que corroboraron lo que Rebmann había señalado y comenzaron a sucederse los primeros intentos por llegar a la cima de África.
La primera persona que logró llegar a la cima del Kilimanjaro fue el alemán Hans Meyer, el 6 de octubre de 1889, quien emprendió la aventura junto al guía chagga Yohana Lauwo y al austríaco Ludwig Purtscheller.
Desde entonces, miles de personas han tomado como reto subir al pico más alto del Kilimanjaro. Se han establecido rutas por todas las vertientes y las más conocidas son la ruta Marangu y la ruta Machame.
La cima se puede alcanzar sin grandes conocimientos ni material de escalada, en parte por la creación de esas rutas y también por el retroceso de los glaciares ha hecho que la ascensión sea más fácil con respecto al siglo pasado.
Lo que sí hay que tener en cuenta es que se necesita un permiso por parte de las autoridades de Tanzania para escalar esta montaña.