Paseando por Miravet, un pueblo que mira al Ebro

Un castillo templario, un mirador a orillas del Ebro y la posibilidad cruzar este río en una barcaza. En Miravet los planes son infinitos.
Paseando por Miravet, un pueblo que mira al Ebro
Cristina Moreno

Escrito y verificado por la historiadora del arte Cristina Moreno.

Última actualización: 07 febrero, 2020

Miravet es un pequeño municipio que se sitúa en la provincia de Tarragona. Se encuentra asentado sobre una pequeña colina y está coronado por un impresionante castillo medieval. Es un pueblo que se asoma a las aguas del río Ebro y que está considerado como uno de los más bonitos de esta provincia catalana. ¿Nos acompañas a conocerlo?

Paseando por las calles de Miravet

Calle de Miravet

Miravet es un pueblo de urbanismo medieval, de calles sinuosas por las que perderse, de espacios íntimos y de casas de piedra. Se trata de una villa muy ligada al castillo y al río Ebro. Por lo que verás, casi todos los puntos de interés están cerca de ellos.

Te recomendamos que vayas a ver el Molino Viejo, el palacio del Comendador, el portal del Motxi o el mirador de la Sanaqueta. Por supuesto, debes disfrutar de su arquitectura y de su historia mientras subes camino del castillo.

Qué ver en Miravet

1. El castillo

Castillo de Miravet

Es una fortaleza de origen islámico que fue conquistada por el rey Ramón Berenguer IV. Este la entregó a la Orden del Temple y fue reconvertida en castillo-convento. Se trata de un Bien de Interés Cultural que, aunque conserva algo de su esencia musulmana, fue muy remodelado. Hoy predomina el estilo cisterciense con ciertos toques de artes bizantino e islámico.

Está considerado como uno de los mejores ejemplos de castillos templarios y a lo largo de la visita podrás descubrir cómo vivían los caballeros de la Orden. Consta de habitaciones, almacén, bodega, iglesia, cocina y patio de armas.

Tuvo un uso continuado en el tiempo debido a su estratégica localización. Así, estuvo ocupado durante las guerras carlistas. También se vio afectado durante la Guerra Civil, ya que Miravet fue uno de los escenarios de la batalla del Ebro.

2. La iglesia vieja

Iglesia Vieja

Es una iglesia asentada sobre los cimientos de la mezquita mayor del Miravet islámico y construida en el siglo XVI en estilo renacentista. Se trata de un templo que sufrió mucho durante la Guerra Civil y que en el momento de la restauración se desconsagró para hacer una sala polivalente.

En su interior podrás disfrutar de algunos de los tesoros de esta tierra, como el Ara templaria, restos de pinturas murales o incluso vestigios de la antigua mezquita aljama. Además, acoge una bella exposición del pintor Joaquín Mir sobre esta villa medieval.

3. El embarcadero

Uno de los puntos más bonitos de Miravet es su embarcadero. A orillas del río Ebro podrás contemplar el castillo y la zona más antigua de esta villa tarraconense. Es un lujo para los sentidos donde podrás hacerte una de las fotos más famosas de este bonito pueblo.

4. La fiesta de la cereza

Cerezos en Miravet

Es una tradición que se celebra el segundo domingo de julio. Se trata de una fiesta en la que se rinde homenaje a este fruto que se cultiva en los campos de Miravet y que hace que el pueblo se llene de música y de colorido. En la plaza del Arenal se arma un mercado y puedes contemplar el divertido concurso de lanzamiento de huesos de cereza.

Cómo llegar a Miravet cruzando el Ebro

Miravet

Antes hablábamos del embarcadero. Pues bien, si te apetece llegar a Miravet de una forma distinta, puedes hacerlo cruzando el Ebro en una barcaza. Se trata del último transbordador original de todo el río que aún funciona sin motor. Es una barca de madera que, aprovechando la corriente del río, te lleva hasta las inmediaciones del pueblo. Puedes subir también el coche.

Por cierto, ya en el pueblo, no te resistas a llevarte un recuerdo en forma de cerámica. Miravet es famoso por su ancestral tradición alfarera, un oficio que han sabido transmitir generación tras generación y que es uno de los principales motores de desarrollo del pueblo. Podrás llevarte a casa algún cadufo, jarra, cántaro o botijo de tradición musulmana.

Y además de comprar su bonita cerámica, podrás ver los talleres que aún se conservan en el Raval dels Canterers o reservar con cita previa para poder hacer alguna de las actividades que preparan para los visitantes. Hay unas ocho alfarerías tradicionales en las que podrás comprobar la maestría con la que trabajan el barro.