Los antiguos restos en la Torre de Burana, en Kirguistán

Esta torre es lo único que queda de una próspera ciudad que era parada dentro de la mítica Ruta de la Seda.
Los antiguos restos en la Torre de Burana, en Kirguistán

Última actualización: 18 febrero, 2019

La Torre de Burana es un impresionante minarete situado en Tokmok, en el valle de Chuy, en Kirguistán. Queremos hablarte de esta fascinante construcción, de su historia y sus características, para que la conozcas mejor y te animes a visitarla algún día. ¿Nos acompañas? Desde luego, no te decepcionará.

Historia de la Torre de Burana

La Torre de Burana se construyó a finales del siglo IX, y es la única edificación que queda de la antigua ciudad de Balasagun. Esta era la capital de los Kara-khánidas, una dinastía turca que gobernó entre los años 999 y 1211 en esta región de Asia Central. Tras su caída, el lugar entró poco a poco en decadencia.

Detalle de la torre de Burana
Detalle de la torre – Matthias Buehler / Flickr.com

A principios del siglo XX, los inmigrantes rusos de la zona utilizaron algunos ladrillos de la torre para erigir otras edificaciones. Habría que esperar a 1970 para que se emprendiera un proyecto para restaurar los cimientos de la torre. También se reparó su lado oeste, que amenazaba con colapsar.

La Torre de Burana y la Ruta de la Seda

La Torre de Burana es uno de los mayores yacimientos herencia de la famosa Ruta de la Seda. Esta fue una gran ruta comercial que discurría entre Chang’an/Luoyang, antigua capital de China, hasta la región de Zhetysu, en Asia central. Se utilizó hasta el siglo XVI para propiciar el comercio entre Asia y Europa.

La leyenda de la Torre de Burana

Vista de la Torre de Burana
Torre de Burana – Ninara / Flickr.com

Existe una curiosa leyenda relacionada con este monumento. Cuenta que una bruja advirtió al rey de que su hija recién nacida moriría a los 18 años. Para protegerla, el monarca construyó una torre donde la encerró. Tan solo tendría contacto con el sirviente que le llevara la comida, y así fue.

La hija, ya convertida en una hermosa joven, finalmente encontró su destino fatal. ¿El motivo? Había una araña venenosa en la comida que un día le llevó el sirviente. El animal la mordió a la muchacha, provocando su muerte. Tenía 18 años cuando falleció, tal y como había vaticinado la bruja.

Características de la Torre de Burana

Estelas funerarias cerca de la Torre de Burana
Estelas funerarias – Kalpak Travel / Flickr.com

La Torre de Burana, de forma cilíndrica, tiene 25 metros de altura. Sin embargo, originalmente media casi el doble, 45 metros. La causa de esa notable pérdida de altura fue un gran terremoto acontecido en el siglo XV, que destruyó la mitad superior de la construcción. La torre, además, se encuentra ligeramente inclinada

Por otra parte, en el lugar donde se asienta la Torre de Burana se pueden visitar algunos mausoleos, las ruinas de la antigua fortaleza o las sepulturas de un viejo cementerio. Es todo lo que queda de la antigua ciudad.

En el entorno de la torre también se pueden ver varios petroglifos, que nos recuerdan que estas tierras están habitadas desde tiempos ancestrales.

Información práctica para su visita

Acceso a la torre Burana en invierno
Acceso a la torre- Babak Fakhamzadeh / Flickr.com

Ya sabemos la ubicación de la Torre de Burana en Kirguistán, pero además, llegar hasta ella es muy sencillo. Por ejemplo, desde la estación Western Bus Station de Bishkek se puede coger una marshrutka hacia Tokmok. Una vez allí, se puede contratar un taxi hasta las afueras, donde se encuentra el minarete.

Llegados a nuestro destino, conviene saber que es posible subir a lo más alto de la Torre de Burana. Se hace a través de una pequeña escalera de caracol que hay en su interior. De esta forma, podremos disfrutar de unas preciosas vistas del entorno, que incluyen la estepa y las montañas del Tan Shan, con una altitud máxima de 7000 metros.

También tendremos la posibilidad de conocer más sobre la construcción gracias a la información histórica que se exhibe en un pequeño edificio situado junto a la torre. Allí podremos descubrir artefactos encontrados en el lugar y en la región circundante.

La Torre de Burana es un monumento de gran encanto que no se puede dejar de visitar cuando se viaja a Tokmok o, incluso, al país, ¿no crees? Si finalmente te animas, no te olvides de otros atractivos como el lago Issyk-Kul, la ciudad de Karakol o de de Biskek, capital de Kirguistán.