Recorremos la ciudad imperial de Fez en Marruecos
Fez se puede considerar la gran capital cultural y religiosa de Marruecos, ya que en ella se conserva una enorme medina o ciudad antigua plagada de grandes monumentos y un sinfín de calles, callejuelas o callizos donde se mantienen las artesanías más antiquísimas del país que se han convertido en un verdadero motor económico para la ciudad, dado que se trata de productos muy demandados por los turistas.
Fez, Patrimonio de la Humanidad
La Unesco declaró la medina de Fez Patrimonio de la Humanidad. Y desde luego es la zona más emblemática de la ciudad. Si bien, Fez es una urbe que podemos dividir en tres ámbitos diferentes. En primer lugar la medina o Fez el Bali. Luego estaría la zona de la judería o Fez el Yedid. Y por último la ciudad más moderna, de tiempos de la ocupación francesa, por esa razón se conoce como la Nouvelle Ville.
La Nouvelle Ville es la zona que menos atractivos culturales ofrece, sin embargo es la que cuenta con mejores servicios para los extranjeros, tanto en tiendas como cafeterías y restaurantes, así como en cuanto a hoteles occidentalizados. Ideales para aquellos que no deseen alojarse en un riad o casa tradicional en la zona más antigua.
La medina de Fez
Lo primero que hay que decir respecto a esta zona, es que es absolutamente imposible no perderse. Es un auténtico laberinto de estrechas calles donde no cabe un coche, si bien el tráfico de personas y de mercancías entre las mil y una tiendas y talleres artesanales es incesante. Por eso no paran de circular bicis, motos y carruajes.
Toda una experiencia, que si bien es cierto se puede sentir acompañado de un guía para no perdernos, tampoco está de más aventurare a sorprenderse a cada paso. Tal vez el mejor modo de toparse con negocios donde adquirir los recuerdos del viaje. Eso sí, para comprar el famoso cuero de Fez, su henna, las piezas para cocinar tajin o cualquier otro objeto cerámico, será necesario regatear.
La mezquita de Al Karaouine
Este templo es el gran monumento de la medina. Aunque hay otros muy interesantes como puede ser la madrasa o escuela coránica de Bou Inania, famosa por su antigüedad (data del siglo XIV) y por su reloj de carrillón. Y también dentro de la medina amurallada se encuentra el el mausoleo de Moulay Idris, donde también hay una mezquita recordando a este personaje santo para los musulmanes y fundador de Fez.
La mezquita de Al Karaouine es la segunda mayor del país, tras la moderna que mandó construir Hassan II en Casablanca. En cambio, su tamaño difícilmente se aprecia en el laberinto de calles de la medina. Y hay que tener en cuenta que los no musulmanes no pueden acceder a su interior.
“No hay nada como viajar para ensanchar la cultura. Pero también para afinar la sensibilidad. Conocí Israel, Egipto, Túnez, Marruecos. Al final de mis viajes volví con un solo convencimiento: no somos nada.”
-Roberto Bolaño-
El Mellah o la judería de Fez
Sorprendentemente, otro de los barrios históricos de la ciudad es el judío. Una zona ocupada por los hebreos desde el siglo XV. La visita aquí es obligada por varios motivos, ya que aquí hay una sinagoga histórica y, sobre todo, un cementerio judío de relucientes tumbas blancas que ofrece hermosas vistas sobre la vieja Fez.
Y además, en esta zona también se pueden recorrer varios zocos y ver los talleres de muchos artesanos, especialmente en el entorno del Palacio Real. Una fastuosa construcción, como manifiestan sus grandes puertas doradas. Unas puertas que los turistas no pueden franquear ya que no es visitable. Pero la verdad es que las vistas del exterior y el paseo por esta zona de Fez merece muchísimo la pena.