Holyroodhouse, la residencia real en Escocia
Edimburgo destaca por su patrimonio medieval. Una ciudad maravillosa con rincones de enorme belleza. En esta ocasión, nos detenemos en Holyroodhouse, la residencia de la reina de Inglaterra cuando visita Escociacon ocasión de actos oficiales. ¡Ven con nosotros a recorrerlo!
La historia de Holyroodhouse
Este palacio nació en realidad como abadía, cuyos restos aún se pueden contemplar. De su origen nos habla una leyenda. Cuenta que en el año 1127, el rey David I de Escocia estaba cazando cuando fue sorprendido y atacado por un ciervo gigante.
Una versión cuenta que entre las astas del ciervo se apareció una cruz que emitió un destello que permitió al rey huir. La otra asegura que fue un crucifijo lo que apareció en las manos del rey y le permitió defenderse.
Sea cual sea la verdadera, el hecho fue que el rey pudo evitar el peligro. Por este motivo, quiso agradecer la aparición y fundó la abadía de la Cruz Sagrada, Holyrood Abbey.
Junto a ella había una casa de invitados que frecuentó la realeza. Este era un lugar tranquilo en la naturaleza, perfecto para relajarse y aislarse del tumulto de la ciudad de Edimburgo, ya de cierta importancia. Además, ofrecía mucha más intimidad que el castillo.
La construcción del palacio
Aquella casa era muy frecuentada, pero no era suficiente para satisfacer las necesidades de la realeza. Y es que ya en el siglo XV se consideraba a este lugar residencia real. Por ello, en el año 1501 se comenzó a construir un palacio.
Fue Jacobo IV quien ordenó la construcción de la nueva residencia al oeste del claustro de la abadía. Pero aquel edificio se iría ampliando con el paso de los años hasta convertirse en el palacio Holyroodhouse que conocemos.
Desgraciadamente, de la abadía que dio origen al palacio hoy en día queda muy poco. Apenas se conservan una de las entradas y la nave gótica. Aún así, visitar las ruinas es de lo más evocador.
Más sobre Holyroodhouse
Las remodelaciones que sufrió el palacio dejaron una huella en su forma y arquitectura. Aunque fueron muchos los reyes que tuvieron que ver en ellas, las más importantes se realizaron durante el reinado de Carlos II, quien se empeñó en reformar gran parte del edificio.
Sin embargo, la esencia original de este palacio quedó intacta y sigue guardando ese misticismo de la época medieval. En su interior se sigue apreciando la ostentosidad de la realeza de aquel tiempo. Imposible no fijarse en sus paredes con tapices y enrevesadas molduras en los techos o en sus imponentes salas y salones.
No solo las estancias del palacio merecen una visita reposada, también los jardines. Se trata de unos jardines de estilo inglés cuidados con auténtico esmero.
Sus huéspedes más famosos
Muchos miembros de la realeza han pasado por este palacio, incluida la actual reina de Inglaterra, que lo usa como su residencia cuando participa en actos oficiales en Escocia. Pero antes que ella tuvo inquilinos que han pasado a la historia por motivos muy variados.
María Estuardo fue, sin lugar a dudas, su huésped más famosa. María fue reina de Escocia desde su nacimiento en 1542 y durante 25 años, hasta que fue obligada a abdicar en su hijo.
Y, además de por su relevancia histórica, también dejó huella en Holyroodhouse por un hecho terrible. Su protagonista es David Rizzio, supuesto amante de la reina, que fue asesinado por el marido ultrajado. Dice la leyenda que su fantasma deambula desde entonces por los pasillos del palacio.
No es es único “inquilino” incorpóreo del palacio. Hay otro fantasma, el de un soldado. Al parecer se le encomendó la tarea de buscar la existencia de un pasadizo secreto entre Holyroodhouse y el castillo de Edimburgo. Pero nunca más se supo de él. Desde entonces, dicen, se escuchan canciones tristes entre las paredes del palacio.
Ya ves que el palacio Holyroodhouse tiene muchas historias reales y no reales que contar. Por ello, se ha convertido en una visita imprescindible en Edimburgo. Te recomendamos que tampoco tú te lo pierdas. Eso sí, cuando la reina se encuentra alojada en él se cierran las visitas turísticas.