High Line: un parque en las alturas de Manhattan

High Line es uno de los lugares más atractivos de Nueva York. Tiene una historia fabulosa y actualmente concentra varios de los puntos más interesantes de la ciudad.
High Line: un parque en las alturas de Manhattan

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 19 febrero, 2021

El parque High Line es una estructura inusual construida en lo que fuera una línea ferroviaria elevada en el distrito de Manhattan, Nueva York. Tiene 2,4 kilómetros de longitud. Combina la naturaleza con el concreto y es visitado por más de 4 millones de personas cada año.

Con este proyecto, se consiguió revitalizar una de las áreas más deprimidas de Nueva York, al tiempo que se creó un espacio gratuito de encuentro para todos los ciudadanos. High Line es un proyecto urbano exitoso que ha provocado un efecto positivo en su entorno.

También ha generado un boom inmobiliario; esto ha elevado aún más el precio del metro cuadrado de terreno en una ciudad que de por sí ya es muy costosa. El resultado son muchos proyectos de construcción de rascacielos lujosos que interfieren con la tranquilidad que se pretendía lograr al crear el parque.

El recorrido histórico

La vía ferroviaria de High Line fue inaugurada en 1934, para operar entre la Terminal del Parque de San Juan entre Spring Street y la calle 34. Su finalidad era facilitar el transporte de mercancías entre proveedores y distribuidores del suroeste de Manhattan.

Estuvo en funcionamiento durante cerca de 50 años y, para 1980, quedó inhabilitada por obsolescencia. Adicionalmente, un factor que contribuyó a su deceso fue el incremento de los camiones interestatales, que resultaban una alternativa más eficaz para el transporte de los productos.

Esta situación condujo a que las autoridades tomaran la decisión de demolerla. Sin embargo, dicha determinación generó malestar en los habitantes del sector, quienes no estaban de acuerdo. Como consecuencia, fue necesario dirimir el caso ante los tribunales.

El recorrido histórico de High Line fue conservado al construir el parque.

La lucha en la Justicia

Peter Obletz, habitante de Chelsea y activista, decidió librar una batalla en solitario en los tribunales para conservar High Line. Sus argumentos giraban en torno a la importancia histórica del lugar y aspectos relacionados con el patrimonio y la conservación.

Para 1999, Joshua David y Robert Hammond, junto con otros residentes del sector, fundaron Friends of the High Line para solidarizarse con Obletz por la misma causa. Luego se adhirieron más organizaciones y multitud de agrupaciones artísticas.

Quienes lideraban esta iniciativa consideraban que el arte y la cultura eran el mecanismo más eficaz para crear conciencia sobre la preservación de la estructura. La lucha constante por la conservación y renovación de High Line tardó 15 años en definirse, pero al final, rindió sus frutos.

La convocatoria

Del triunfo en los tribunales se desprendió la idea de convocar a los residentes a un concurso de propuestas para mejorar High Line. Los ganadores de esta convocatoria fueron una agrupación compuesta por James Corner Field Operations, Diller Scofidio y Renfro.

Su proyecto involucraba una estructura de bandas prefabricadas que daba la posibilidad de ensamblarse con distintas configuraciones. Adicionalmente, buscaban integrar el hormigón  con la naturaleza y sectores variados con diferentes temáticas para dar dinamismo y crear nuevas fuentes de empleo en la ciudad.

También era claro que, al tratarse de un sistema modular, la adecuación podía realizarse por etapas y no requería un orden específico de edificación. Dentro del proyecto, se incluyó la conservación del pequeño ecosistema de plantas y animales que se había creado en High Line como resultado del abandono durante 25 años.

El trayecto del parque

El High Line Park es un atractivo en pleno Manhattan.

High Line se extiende desde la calle 34 hasta Gansevoort Street en la calle 14, siguiendo la dirección del río Hudson. Ocupa una longitud de 2,4 kilómetros, con 12 metros de ancho y unos 10 metros sobre el nivel de la calle.

En total, High Line pasa sobre 13 edificios, atraviesa otros 2 y recorre 22 manzanas, por lo que se constituye como un novedoso concepto de urbanismo. En su trayecto, High Line recorre los barrios de Hudson Yards, Chelsea y Meatpacking District.

A su vez, atraviesa uno de los centros artísticos más importantes de Manhattan y, durante su recorrido, se puede ingresar casi por cualquier punto de manera gratuita. Con el paso de los años, High Line ha pasado de ser una estructura a punto de derrumbarse a un vestigio de la era industrial y un parque sostenible.

Atractivos del parque High Line

En la actualidad, High Line cuenta con una extensa oferta cultural que incluye proyecciones, exposiciones de arte y cursos de jardinería, entre otros. Adicionalmente, el parque es como un pequeño jardín botánico capaz de mostrar la vegetación más autóctona de Nueva York.

Desde este sitio, se tienen vistas espectaculares de las calles y sus alrededores, y también cuenta con espacios para la relajación en medio de una selva de concreto. Existe la posibilidad de disfrutar de todo tipo de platos y extraordinarias ofertas artísticas.

Dentro de los atractivos más interesantes de High Line se encuentra 14th Street Passage, que cuenta con una pantalla enorme. Allí se proyecta una programación variada de producciones novedosas de diverso tipo, obras de trascendencia histórica y video arte.

Mientras tanto, 10th Avenue Square and Overlook, con forma de anfiteatro, funciona como un mirador. Es el lugar ideal para tener panorámicas del Río Hudson, la Estatua de la Libertad y la Décima avenida.

Otros atractivos en High Line

Más allá de todo lo comentado con anterioridad, también se encuentra Chelsea Thicket, un espacio de dos cuadras con un bosque frondoso con varias especies de árboles y flores muy coloridas. Su belleza particular también incluye esculturas, murales y exposiciones de arte.

Este lugar queda muy cerca de uno de los mercados de pulgas más interesantes de Nueva York, el Chelsea Market, y del museo de arte americano Whitney. En su extremo opuesto se encuentra Hudson Yards, con edificios futuristas y la escultura The Vessel como un testimonio de ello.

Finalmente, hay puntos estratégicos que durante ciertas temporadas del año se dedican a la observación de estrellas. En estos espacios se disponen telescopios para la observación de la bóveda celeste. También hay tours gratuitos y el festival anual Culture Shock, un evento que reúne arte, horticultura, música y muchas actividades adicionales.