Gal Vihara en Sri Lanka: un templo budista increíble

Este es uno de los templos budistas más increíbles de la antigua ciudad de Polonnaruwa. En él destacan unas imponentes esculturas de Buda.
Gal Vihara en Sri Lanka: un templo budista increíble
María Belén Acosta

Escrito y verificado por la especialista en Asia Oriental María Belén Acosta.

Última actualización: 19 enero, 2020

Gal Vihara, cuyo nombre original era Uttararama, es un templo budista que se encuentra situado en la antigua ciudad de Polonnaruwa. Este templo, uno de los más increíbles del norte de Sri Lanka, data del siglo XII. Destaca entre otros templos del país no solo por su localización, sino porque conserva algunas de las estatuas de Buda más hermosas del planeta.

La historia de Gal Vihara

El templo budista de Gal Vihara, cuyo nombre significa ‘monasterio de roca’, fue uno de los templos construidos durante el reinado de Parakramabahu I. El templo, alzado entre los años 1153 y 1186 d.C, se creó sobre una base de roca, principalmente granito, donde se esculpieron varias figuras representativas de Buda.

Estatua de Buda en Gal Vihara

Históricamente, este templo fue el lugar de reposo y meditación de varias sectas del budismo, entre las que destacan Abhayagiri vihāra, Jetavanaramaya y Mahavihara. Tras la unión de estas congregaciones, no solo se consiguió la unidad, sino que fueron expulsados durante el proceso varios monjes corruptos.

A partir de entonces, se creó un código llamado katikavata, que llamaba al respeto de los escritos y mandatos de BudaEn este templo también se realizaron asambleas y reuniones con el fin de continuar con la importancia del legado, tanto desde el aspecto religioso como desde el cultural.

Sería ya años más tarde, tras la caída del Reino de Polonnaruwa, cuando el templo fuera abandonado. En la actualidad, aunque ya no vive nadie en él, se siguen practicando ceremonias en honor a Buda, además de que es uno de los grandes atractivos turísticos del país.

Una visita a Gal Vihara

Al iniciar la visita, lo primero con lo que nos encontraremos será una gran piedra de granito. Esta, de una altura considerable, es la base que acoge a cuatro de las figuras de Buda de gran belleza. De hecho, están consideradas, sobre todo tres ellas, como la mejor representación conservada del arte cingalés.

Escultura de Buda en Gal Vihara

Si empezamos a observar desde la derecha, veremos que la primera de ellas representa a Buda sentado realizando el acto de la meditación. A este tipo de Buda se le conoce como Samadhi Buddha y es fácil de reconocer no solo por la postura, sino por la expresión de serenidad absoluta en su rostro.

Siguiendo este orden, encontraremos la siguiente figura, conocida como Vijjadhara Guha, que significa ‘la gruta del espíritu y del conocimiento’. Aquí también observamos a Buda sentado y meditando, pero colocado en el interior de una cueva.

La figura, de una dimensión menor que la anterior, es algo más sencilla en cuanto a composición. Es normal encontrar a sus pies flores frescas traídas por aquellos que realizan su peregrinación hasta el complejo de Gal Vihara.

La tercera de las figuras, con 7 metros de altura, es una representación de Buda en pie con los brazos en cruz. Según algunos, esta podría ser también la representación de Ananda, un discípulo de Buda que ha alcanzado la iluminación. Sin embargo, otros estudios sugieren que, muy posiblemente, las cuatro figuras sean todas representaciones de Buda.

La última figura, una de las más conocidas de Gal Vihara, sería Buda descansando en paz tras su muerte. La figura descansa sobre una gran flor de loto, mide un total de 14 metros y representa la llegada al parinirvana, el último Nirvana que se alcanza tras la muerte.

Consejos para disfrutar de la visita

Templo en Polonnawura

El autobús es la forma más sencilla de llegar a la antigua ciudad de Polonnaruwa, donde se encuentra el complejo de Gal Vihara. Recomendamos que, ya sea desde la ciudad de Dambulla o desde Sigiriya, optes por este método de transporte. El precio es de un euro y el recorrido tiene una duración de apenas un par de horas.

Aunque la entrada es gratuita para los residentes y locales, los turistas deberán abonar unos 22 euros. Recomendamos no comprar la entrada en otro lugar más que en las taquillas para evitar posibles estafas. De hecho, un método sencillo para saber que contamos con la entrada oficial es que esta incluya la visita al museo.

Además, debido a la extensión del complejo, tendremos la opción de alquilar bicicletas y así movernos con más libertad. También se pueden alquilar tuktuks, pero aquí el precio se negocia ya con el propio conductor.

Por último, ten en cuenta que, aunque el horario de visita sea de nueve de la mañana a sis de la tarde, debes evitar las horas de calor o las últimas horas, cuando se concentran más aglomeraciones. No cuesta nada levantarse temprano para ser los primeros en disfrutar de las espectaculares estatuas de Gal Vihara.