Consejos para visitar el Monasterio de los Jerónimos

Es visita obligada en Lisboa. Por eso, explicamos cómo llegar, horarios y otra información de interés para no perderse nada de este magnífico monumento.
Consejos para visitar el Monasterio de los Jerónimos

Escrito por Álvaro Gómez

Última actualización: 30 junio, 2023

Visitar el Monasterio de los Jerónimos es obligatorio si estás en la capital portuguesa. Situado en Belém, posiblemente el barrio más conocido de la ciudad, el monasterio recibe cada día miles de visitas. Y no es para menos, ya que tanto su exterior como su interior son una joya y un fiel reflejo de la historia del país.

Y no hay que olvidar que la zona en la que se ubica el monasterio es muy turística. Aparte del este magnífico monumento encontrarás otros también muy importantes. Por ello, queremos darte algunos consejos para visitar el Monasterio de los Jerónimos y no perderte nada.

Horario y precios del Monasterio de los Jerónimos

Claustro del Monasterio de los Jerónimos
Claustro del Monasterio

El Monasterio de los Jerónimos se encuentra en el barrio de Belém, en la Praça do Império. Es posible llegar en el servicio de tranvía municipal, en la línea 15; o mediante autobús, en la línea 728. Ambas llegan a la parada con nombre ‘Mosteiro Jerónimos’.

Este monumento puede visitarse todos los días de la semana excepto los lunes. Abre sus puertas a las diez de la mañana. En cuanto a la hora de cierre, son las 17:00 horas entre los meses de octubre y abril y las 18:00 horas entre mayo y septiembre.

Si quieres disfrutarlo sin demasiadas aglomeraciones, lo mejor es visitar el Monasterio de los Jerónimos en días laborables.

Sin embargo, si no quieres pagar la entrada, debes saber que la visita es gratis todos los domingos y días festivos en Portugal entre las 10:00 y las 14:00 horas. A partir de esa hora y el resto de días hay que pagar 10 euros para entrar.

Qué debes saber antes de visitar el Monasterio de los Jerónimos

Detalle del exterior del Monasterio de los Jerónimos
Detalle del exterior del monasterio

El monasterio se comenzó a construir en el año 1501, con motivo de la vuelta al país del famoso navegante Vasco de Gama. Está en este lugar porque ahí se ubicaba una ermita donde la tripulación rezó antes de partir. De esta manera, el gran edificio forma parte de la celebración de los descubrimientos en el siglo XV.

Mandó su construcción el rey Manuel I de Portugal. El arquitecto encargado del diseño fue Juan de Castillo, y lo realizó con el estilo manuelino. Este es una variante del gótico, aunque con un tipo de ornamentación propia.

Un detalle que debes tener en cuenta si ves alguna diferencia en la construcción es la fecha del fin de las obras. Aunque comenzó a construirse a comienzos del siglo XVI, el edificio ha sufrido varias reformas hasta el siglo XX.

Qué ver en el monasterio

Iglesia del Monasterio de los Jerónimos
Iglesia del monasterio

Lo primero que hay que admirar es su exterior. El edificio tiene más 300 metros de largo e infinidad de detalles, sobre todo en los pórticos de entrada. Merece la pena que dediques un tiempo a descubrirlos.

Por ejemplo, en la portada sur verás la influencia del estilo gótico que utilizó su autor. En esta parte del monasterio se ensalza la labor de los monarcas portugueses. Mientras, la puerta principal tiene varias esculturas, entre ellas la del propio rey Manuel I o la del nacimiento de Cristo.

Mientras tanto, en el interior hay muchas partes destacadas. La espectacular iglesia y el elegante claustro son solo dos de ellas. Sin olvidar que justo al lado se encuentra el Museo de Arqueología de Lisboa.

Otros lugares que visitar en la misma zona

Vista de la Torre de Belém en Lisboa
Torre de Belém

Cerca del monasterio de los Jerónimos hay otros monumentos que debes visitar. A unos metros verás la espectacular Torre de Belém, que se utilizó para defender la ciudad ante los invasores llegados por el mar. Esta construcción de cinco plantas es uno de los iconos de Lisboa.

Desde la torre de Belém puedes seguir el curso que marca el río Tajo y llegar en dos minutos al Monumento a los Descubrimientos. Es otro gran emblema de la ciudad. Se levantó con motivo de 500 aniversario de la muerte de Henrique el Navegante, descubridor de Cabo Verde, Madeira y las Azores.

Y, como seguro que la visita turística te ha abierto el apetito, nada como reponer fuerzas comiendo unos deliciosos pasteles de Belém. Este dulce es característico de todo Portugal. No lo pienses y busca las pastelerías más tradicionales por la zona, pues en ellas encontrarás los mejores pasteles.

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