Cefalú, uno de los pueblos más encantadores de Sicilia

Cefalú, uno de los pueblos más encantadores de Sicilia

Escrito por Adrián Pérez

Última actualización: 14 enero, 2017

En la provincia italiana de Palermo y a 70 kilómetros de la capital, Cefalú se ubica a los pies de un promontorio rocoso, que resguarda a los habitantes y a los turistas vigilando todo desde lo más alto. Te invitamos a que nos acompañes a uno de los rincones con más encanto de Sicilia y disfrutes unos hermosos días de relajación e historia.

Cefalú: hechos destacados de su historia

La historia de Cefalú es larga y con muchos altibajos. El primer nombre de la ciudad fue Cefaledio, única colonia griega en esta región, aunque anteriormente habitada (y abandonada) por los fenicios. Se convirtió en una fortaleza usada por los habitantes provenientes de Hímera (la metrópoli más occidental de la actual Sicilia).

Fue avistada por una expedición cartaginesa en 396 a.C. Una flota romana redujo Cefalú en la Primera Guerra Púnica ya en el 254 a.C. Bajo la dominación romana pudo prosperar y gozar de varios privilegios (como por ejemplo pagar sus impuestos con trigo).

Cefalú en Sicilia
Cafalú, Sicilia – Anna Lurye

Desde 858 a 1063 fue ocupada por los árabes, luego pasó a manos del normando Roger I y en el siglo XII su hijo Roger II de Sicilia trasladó la ciudad a una posición más fácil de defender y con un mejor puerto.

En 1285 Cefalú es escenario de la firma de un tratado entre Pedro III de Aragón y Carlos de Salerno por el que este renunciaba a la isla en favor del hermano de Alfonso II de Aragón, Jaime.

Patrimonio histórico de Cefalú

Si bien se trata de una ciudad pequeña, es visitada por miles de turistas para disfrutar del paisaje portuario, de las playas de arenas doradas y de su tranquilidad.

Cefalú
Cefalú – mRGB

Cefalú encandila con las bahías de Aranciotto y Settefrati, con sus siete farallones, que según la leyenda son los cuerpos petrificados de 7 hermanos que quisieron auxiliar a una bella mujer.

Y junto a ello, hay que disfrutar de la exquisita gastronomía de este lugar. Gastronomía protagonizada por las anchoas de la duquesa, un guiso que se coloca sobre una rebanada de pan untado con mantequilla.

Construcciones destacadas

Durante nuestro paseo por Cefalú podemos aún ver restos de las murallas construidas durante el período helenístico-romano frente al mar.

Catedral de Cefalú
Catedral de Cefalú – Nanisimova

Pero el edificio más destacado de la ciudad es su catedral, dedicada al Salvador y a la Transfiguración de Jesús. Las obras para erigirla comenzaron en el año 1131 bajo las órdenes del rey Ruggero II de Sicilia con el objetivo de tener un panteón para la familia real, sin embargo los sucesores del monarca le otorgaron esa función a la catedral de Palermo.

Dentro de la arquitectura del templo podemos nombrar sus tres naves divididas en 16 columnas de granito y mármol; la Puerta de los Reyes; el techo de madera; el claustro (supuesta entrada al cementerio); las esculturas (realizadas entre 1131 y 1145); los mosaicos (de estilo normando-bizantino) y los vitrales (con temas de la vida cotidiana).

Callejeando por Cefalú

La calle principal del casco viejo de Cefalú se llama Corso Ruggero y en la Edad Media marcaba los límites de la ciudad. En la actualidad podemos ver palacios nobles e iglesias barrocas a ambos lados de la calle. En esta zona además están las tiendas más elegantes.

Cefalú
Cefalú – Aleksandar Todorovic

Desde el puerto viejo tendrás las mejores vistas del casco antiguo, así como también podrás atravesar la Porta de Pescara, uno de los cuatro accesos a la ciudad, construido en el siglo XVII.

“Vayas a donde vayas, se convierte de alguna forma en parte de ti.”

– Anita Desai –

Otros atractivos de Cefalú que no podemos perdernos son la catedral normanda, bajo la sombra de la gran roca, y el templo de Diana, situado en lo más alto de la formación rocosa.

Pero hay mucho más que ver: la Piazza del Duomo (donde está el ex monasterio de Santa Caterina y actual ayuntamiento así como también los palacios Episcopal y Piraino), el Museo Madralisca, el Lavadero Público Medieval, el Osterio Magno (antiguo palacio fortificado) y, por supuesto, sus bonitas callejuelas de Edad Media.