La catedral de Colonia, una joya gótica
Nada menos que 29 catedrales hay en Alemania. De entre todas ellas destaca, por su belleza y sus impresionantes dimensiones, la que se alza hacia el cielo en la cuarta ciudad más grande del país. Pocos adjetivos sirven para describir la catedral de Colonia, porque es realmente magnífica.
Colonia, situada a orillas del Rhin, es una ciudad con tan solo un millón de habitantes. Una ciudad en la que hay dos cosas que llaman poderosamente la atención: la enorme cantidad de candados que abarrotan las verjas de sus puentes como símbolo de amor eterno entre parejas enamoradas y su imponente catedral gótica.
El templo, bajo el nombre de San Pedro y Santa María, se encuentra en pleno centro de la urbe. Cuenta con dos impresionantes torres gracias a las cuales ostentó durante muchos años el récord de ser la edificación más alta del mundo.
Algunos detalles de su construcción
La catedral de Colonia tiene el campanario más alto de Alemania. Con sus 157 metros de altura es imposible que esta majestuosa construcción pase desapercibida.
Esta particular pieza de arquitectura comenzó a edificarse en el año 1248 sobre la planta de una iglesia ya existente. Sin embargo, los trabajos no fueron muy ágiles, puesto que el templo no fue terminado hasta finales del siglo XIX.
Pero la tardanza mereció la pena. Y es que todo el santuario fue levantado con una consonancia exquisita que le convierte en una gran obra de estilo gótico con influencia francesa.
En su interior, entre las cuatro naves laterales, resalta un estrecho y amplio pabellón central que llama la atención del visitante nada más entrar. Por su parte, en el exterior sobresalen los contrafuertes o estribos coronados por gigantescos pináculos, que junto a los arbotantes de la bóveda soportan el titánico peso de esta fantástica catedral.
Los más entusiastas pueden acceder a su maravilloso mirador. Eso sí, deberán encontrarse en buena forma física, ya que tendrán que ascender casi 100 metros a través de una empinada escalera. La recompensa es una hermosa panorámica de la ciudad que desde allí se ofrece.
“Solo conozco dos tipos de personas razonables: las que aman a Dios de todo corazón porque le conocen, y las que le buscan de todo corazón porque no le conocen.”
-Blaise Pascal-
Un poco de historia
A mediados del siglo XII Colonia sufrió un horrible incendio que provocó graves daños en la basílica. Su reconstrucción cayó sobre los hombros de Reynaldo de Dassel.
Las leyendas afirman que poco después el emperador Frederick Barbarossa le hizo entrega a este de los restos de los tres Reyes Magos, con los cuales se había hecho en Milán. Por todo ello, a día de hoy, los rumores aún afirman que San Pedro y Santa María se alzó únicamente con el fin de albergar tales reliquias sagradas.
Fue Felipe de Heinsberg quien ordenó la creación de un relicario a la altura de tales tesoros a varios renombrados artistas, entre los que destaca el increíble orfebre Nicolás de Verdum. Desde entonces las calaveras de los supuestos Reyes Magos se hallan metidas en el un desmesurado cofre fabricado en oro y plata recubierto de terciopelo. Esto convierte al conjunto en la labor de artesanía medieval más valorada de todo el mundo.
Otro de los bienes y orgullos mejor conservados de esta catedral es la campana Ongelusglocke, la campana más grande del planeta que solo suena en determinadas ocasiones especiales.
La catedral de Colonia durante la II Guerra Mundial
Durante la II Guerra Mundial la catedral de Colonia fue bombardeada por el ejérctio aliado en numerosas ocasiones. Como resultado numerosas partes fueron considerablemente dañadas, particularmente las vidrieras. Esto se produjo a causa de la intensidad de las vibraciones provocadas por los impactos.
Asimismo, algunas de sus bóvedas se vieron también afectadas por los ataques. Y no podemos olvidarnos tampoco de la base de la torre situada en el lado izquierdo de la iglesia, que también fue seriamente afectada y que estuvo sin reparar bastantes años.
Se dice que sobre este extraordinario templo cayeron un total de 14 bombas y que solo consiguió mantenerse en pie gracias a algún tipo de milagro. Desde aquella época, la basílica ha sido restaurada en varias ocasiones. Fue en 1945 cuando comenzó a remodelarse la zona destinada al coro y casi diez años después comenzaron las obras en la parte exterior.
Los trabajos de reparación y mantenimiento no cesan y gracias a ellos hoy podemos contemplar en todo su esplendor esta maravillosa obra gótica.