Ahorros de viaje que no son ningún ahorro
Es muy satisfactorio viajar con bajo presupuesto y que te alcance para todo. Sin embargo, a veces los ahorros de viaje no son lo que parecen. Por cuestiones de mercadeo, te presentan infinidad de ofertas que a primera vista son estupendas, pero que no siempre representan un ahorro real.
Por regla general, hay que desconfiar de aquello que tenga un precio excepcionalmente bajo. Nadie está en la industria del turismo para perder dinero. Así que, si bajan tanto los costos, es probable que también estén reduciendo algún servicio o la calidad de algún producto.
Dentro de los ahorros de viaje con los que hay que tener especial precaución están los costos básicos: transporte, alojamiento y alimentación. Es bueno que hagas tus planes recordando la máxima que dice que a veces lo barato sale caro. Así que mucho ojo y ten en cuenta las siguientes recomendaciones.
Los vuelos de bajo precio
El precio de los vuelos es uno de los asuntos más relativos que hay. A veces es cierto que das en el blanco. Encuentras justo la ruta y la hora en que parece imposible que ese sea el verdadero precio del pasaje aéreo. Sin embargo, con frecuencia, lo que encubren esas ofertas son una serie de concesiones que afectan a tu presupuesto.
Algunas aerolíneas cobran sumas elevadas por el equipaje. Ten eso muy presente. En ocasiones encuentras precios increíbles, pero cuando inicias el proceso de compra te das cuenta de que solo te permiten un pequeño bolso de mano y que llevar maleta de cabina o facturar equipaje en bodega te sale por un ojo de la cara.
Además, los vuelos más baratos casi siempre incluyen escalas y cambios de avión. Eso muchas veces significa que no solo debes pagar una, sino varias veces, por esa maleta facturada o por una maleta de mano adicional. Si haces cuentas, puedes notar que te sale más barato viajar en una aerolínea que incluya esos servicios, aunque en principio tengan los pasajes a un precio más alto.
Los hospedajes ultraeconómicos
Este es uno de esos ahorros de viaje que puede ser relativo. Como sucede con los vuelos, a veces, de verdad, consigues promociones fabulosas. Sobre todo, si acostumbras a reservar con suficiente antelación y en temporada baja.
Sin embargo, los hospedajes ultraeconómicos suelen tener algunas carencias. La primera de ellas es que no incluyen desayuno . Esto puede ser un inconveniente en lugares en donde la comida es costosa. Si además el hospedaje barato está lejos de todo, pues mucho peor.
Antes de reservar por el fabuloso precio que aparece en rojo, examina bien las opiniones de quienes han estado allí. A veces ofrecen un WiFi que nunca funciona, duchas de agua caliente que están heladas o una cama en la que nadie puede dormir. A menos que tengas un espíritu espartano, quizás sea mejor que evites grandes ahorros de viaje en el alojamiento.
Algunos tours no representan ahorros de viaje
Cuando viajas con bajo presupuesto buscas lo más económico. Esto incluye los tours que se ofrecen en el destino al que vas. De pronto, ves una oferta casi regalada y asumes que encontraste algo ideal. La verdad es que no siempre son un chollo.
Con frecuencia, esos recorridos que son especialmente económicos te dan lo que tú serías capaz de obtener por ti mismo. A veces no son más que un paseo por unas cuantas calles, mientras te cuentan datos que encuentras en Internet y por ‘módicos’ precios que no lo valen.
En otras ocasiones ocurre algo peor: te ponen en riesgo. Esto ocurre especialmente en países donde el turismo no está muy reglamentado y, principalmente, en destinos de playa. Te ofrecen una excursión marítima y cuando llegas al lugar de embarque quieren transportarte en una embarcación con mínimas condiciones de seguridad y sin ninguna garantía.
Ahorros de viaje peligrosos: la comida callejera
No en todos los lugares se ejerce verdadero control sobre la comida que venden en la calle. Está claro que este tipo de alimentos son más económicos que los de un restaurante o un hotel, pero recuerda: muchas veces lo barato sale caro. No puedes exponer tu salud por ahorrar unos euros.
Si vas a comer en la calle, asegúrate de hacerlo en un sitio que respete las normas básicas de higiene. También controla que te dan comida, no digamos saludable, pero sí segura, es decir, comida que no haya sido elaborada con productos vencidos o de pésima calidad.
No estamos exagerando: eso sucede en algunos lugares del mundo. En el mejor de los casos, te lleva a una indigestión que puede arruinar parte de tu viaje. En el peor de los casos, puedes llegar a contraer alguna enfermedad con consecuencias impredecibles.