5 escapadas por el norte de Francia
Francia es uno de los países más fascinantes de toda Europa por su enorme variedad de paisajes, por la personalidad de sus grandes ciudades, por sus exquisiteces gastronómicas, el peculiar encanto de sus pequeños pueblos o el enorme patrimonio histórico y artístico que atesora. De hecho, Francia siempre aparece en los puestos más altos de los lugares más visitados del mundo. Y es que hay mucho que elegir.
Ahora os vamos a dar varias opciones para hacer distintas escapadas por el norte de Francia. Cada una de un carácter diferente para que elijáis lo que más os apetezca: una pequeña ciudad o una gran capital, una zona de montaña o una localidad costera, e incluso una ruta cultural. Vaya, para todos los gustos.
Y, además, recorren regiones distintas del territorio galo septentrional. Es decir, cinco escapadas desde la parte más oriental hasta la costa occidental, o lo que es lo mismo, desde Alsacia hasta Normandía.
1. Colmar, una belleza alsaciana
Colmar es una ciudad excepcional y objetivamente bella. Todo su casco urbano parece una gran casa de muñecas a escala humana que se hizo hace siglos, ya que su patrimonio histórico en algunos casos se remonta a hace más de 1.000 años.
Iglesias, palacios, casonas, viejos hospitales, la antigua aduana, etc. Un sinfín de edificios medievales, renacentistas o barrocos hacen muy atractivo el paseo por las calles de Colmar. Pero todo ello también se puede recorrer navegando, porque parte de su casco histórico está ordenado por canales de agua dulce con la aguas del río Rhin y que hacen que este lugar también se conozca como la “pequeña Venecia”.
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2. Parque Regional de las Ardenas, un espacio natural e histórico
El Parque Regional Natural de las Ardenas tiene más 117.000 hectáreas de superficie, y prácticamente hace frontera con el vecino país de Bélgica. Por ello, es una zona que combina el interés natural con el histórico, ya que por estas tierras se han fraguado infinidad de batallas a lo largo de los siglos.
“La mitad de la belleza depende del paisaje y la otra mitad del hombre que la mira-“
-Lin Yutang-
Lo ideal es hacerse con un buen mapa senderista de la zona y recorrerse caminando sus caminos, que nos descubrirán los distintos tipos de paisajes en los que se suceden los bosques o los escarpes de rocosos.
En realidad, el senderismo no es el único deporte al aire libre que se puede hacer por aquí. También es habitual recorrer la zona en bicicletas de montaña o cabalgando, e incluso remando en piraguas por los distintos ríos del espacio protegido.
3. La ruta de las catedrales góticas
Por el norte de Francia se encuentran algunos de los ejemplos más esplendorosos de la arquitectura gótica de las grandes catedrales. Allí están los gigantescos templos de Amiens, Reims, Beauvais o Rouen, por citar solo algunos. Incluso podría tener cabida la famosa Notre Dame de París, ya que tanto por proximidad física como por ser de la misma época (siglo XIII), forma parte de este grupo de templos emblemáticos del arte gótico.
Todas estas iglesias son un canto a la luz gracias al uso de los arcos apuntados, los pilares con infinidad de columnas adosadas, las vidrieras, los pináculos, los arbotantes, las gárgolas y, en general, todos los elementos que hacen reconocible el gótico en cualquier lugar y con los que se buscaba alcanzar la mayor altura posible. De entre todo este grupo de catedrales, la que más se eleva hacia el cielo es la de Amiens, que alcanza los 112 metros de altura.
4. Lille, la gran ciudad del norte de Francia
Lille es una de las grandes ciudades del norte de Francia, prácticamente está en la frontera con Bélgica, de hecho, se encuentra en la llamada llanura de Flandes. Un paseo por sus calles muestra una urbe profundamente francesa, pero al mismo tiempo fruto de numerosas influencias europeas.
Eso se mantiene en la actualidad, ya que Lille sigue siendo un importante cruce de caminos, de ahí su modernidad y cosmopolitismo, que la hacen tan interesante sobre todo desde un punto de vista cultural, ya que su programación de eventos, exposiciones o festivales hacen de ella un destino muy agradable y siempre diferente.
Todo ello sin olvidar que posee un casco histórico muy atractivo a orillas del río Deûle y una oferta gastronómica muy particular, que une la tradición francesa y la flamenca.
5. Deauville, en la costa normanda
Vamos a acabar a orillas del mar, casi en el Canal de la Mancha, en uno de los lugares más turísticos de Normandía: Deauville. Es una población muy visitada históricamente y todo un emblema de la hermosa Costa Fleurie, tanto por su casino como por su hipódromo o sus balnearios.
Todo ello nos habla de un destino tradicional para la burguesía y aristocracia acaudalada, de hecho quedan palecetes de esos tiempos. No obstante, hoy es un lugar muy agradable para todos los bolsillos, sobre todo por su hermosa playa con las típicas sombrillas de antaño, o porque Deauville es un buen lugar para establecerse y recorrer Normandía, visitando lugares históricos de la II Guerra Mundial, la interesante ciudad de Caen o los espectaculares y cercanos acantilados de Honfleur y Etretat.
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