Unas inolvidables vacaciones en la Bretaña Francesa
Situada al noroeste del país, la Bretaña es una de las trece regiones de la República Francesa, siendo la tercera menos extensa. No es un destino muy conocido entre los viajeros. Por ese motivo tiene ese encanto que la hace tan especial, sin multitudes ni avalanchas de turistas. Te vamos a mostrar los lugares que no pueden faltar en tus vacaciones en la Bretaña francesa.
Queremos poner a tu disposición un pequeño itinerario de viaje. Con él te adentrarás en otras épocas, conocerás su gastronomía y, por supuesto, descubrirás sus playas. ¡No te decepcionará!
Vacaciones en la Bretaña francesa
Viajar a la Bretaña francesa es transportarse a l a Edad Media. Las construcciones de piedra y entramados de madera, inamovibles con el paso del tiempo; las imponentes fortalezas, como la de Fourgères; y los castillos que salpican la región nos recuerdan que hubo un tiempo en el que la Bretaña tuvo que defenderse de numerosas guerras territoriales.
En tus vacaciones en la Bretaña francesa descubrirás pequeños pueblos del interior recorridos por sus canales; sus característicos faros, como los que rodean la isla de Quessant; o la espesa vegetación de bosques como el de Brocèliande, que han inspirado numerosos cuentos y leyendas.
La Bretaña francesa es un lugar sorprendente en el que sigue presente la magia del pasado.
Qué visitar en la Bretaña francesa
Si te hemos convencido para disfrutar de unas vacaciones en la Bretaña francesa, prepárate para descubrir pueblos medievales, pueblos costeros, castillos de diferentes épocas, monumentos prehistóricos, acantilados y faros… A continuación, te llevamos a los más bellos lugares de esta región.
1. Fougères
Conocida por acoger una de las fortalezas más grande de Europa, esta ciudad fue uno de los puntos clave en la lucha por las fronteras de Bretaña. Las vistas desde Fourgères no tienen comparación, sus murallas son impresionantes al igual que su casco antiguo. Mires donde mires, la esencia medieval reside en toda la ciudad.
2. Vitré
Nombrado “El rincón más bello de Francia”, Vitré es de las ciudades mejor conservadas de la Bretaña francesa. Posee un estilo medieval, con antiguas murallas, calles empedradas y una majestuosa iglesia, la de Notre Dame. Una cita imprescindible para adentrarnos en otra época.
3. Josselin
Este pequeño pueblo medieval a orillas del río Oust es uno de los más encantadores de la Bretaña. En él podremos visitar el castillo de estilo gótico o dar un paseo gracias a los cruceros fluviales que allí se comercializan. No dudes en acercarte a ver la casa más antigua de Josselin, de 1538, con su entramado de madera y tejado de pizarra.
4. Combourg
Su castillo, el lago que se encuentra a sus pies, el entramado de sus calles medievales y la vegetación que la rodea hacen del pueblo de Combourg un lugar de visita obligada en tus vacaciones en la Bretaña francesa. Si quieres obtener unas increíbles vistas, sube a la torre del Gato, una de las cuatro torres del castillo.
5. Ouessant
Es una de las islas del archipiélago con el mismo nombre que se encuentra a 30 kilómetros de la punta de Saint-Mathieu.
Su principal encanto es que se encuentra delimitada por preciosos acantilados y multitud de faros que sus antiguos habitantes construyeron para ayudar a los navegantes a encontrar la costa. También se pueden encontrar casas rurales típicas de la época que todavía hoy están habitadas por campesinos y ganaderos.
6. Brocéliande
Este impresionante bosque está repleto de cuentos y antiguas leyendas, un lugar donde encontrar la inspiración. Se dice que era el lugar donde vivían el mago Merlín y el caballero de Lancelot. Estas historias se pueden conocer a través de las diferentes rutas guiadas.
Alguna de las cosas que nos esperan: el castillo de Comper, ocupado en el siglo IX por el rey Salomón; o atravesar el valle de “Nunca volver”, con su famoso estanque del Espejo de las Hadas o la fuente de la Juventud.
7. Carnac
Este lugar concentra el mayor número de monumentos megalíticos del mundo, con más de 2.900 menhires, levantados entre los años 6.000 y 2.000 a.C. El más grande ellos, de 7 metros de altura, es el Gigante de Manio, ligeramente apartado de los demás. Un verdadero espectáculo que no podemos perdernos.
Gastronomía de la Bretaña
No puedes pasar unas vacaciones en la Bretaña francesa sin degustar su gastronomía. La cocina bretona tiene grandes influencias, tanto de su extenso litoral marítimo como de las tierras del interior. Podemos destacar el marisco, como mejillones, vieras u ostras, gracias a la marcada presencia del mar.
Para los más golosos, también encontraremos un gran número de creperías por toda la región, destacando los crêpes y las galettes, una especie de pizza a la que le puedes añadir cualquier ingrediente. ¡No puedes irte sin probar una!
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