Skellig Michael en Irlanda, un lugar de leyenda

Es un lugar de película, de leyendas y de historia. Visitar Skellig Michael es una de las experiencias más apasionantes que podrás vivir en Irlanda.
Skellig Michael en Irlanda, un lugar de leyenda
Cristina Moreno

Escrito y verificado por la historiadora del arte Cristina Moreno.

Última actualización: 17 marzo, 2020

Skellig Michael es una impresionante isla rocosa, la mayor de las dos islas Skellig. Conocida también como Roca de San Miguel o Great Skellig, su punto más alto se sitúa a 220 metros y su importancia religiosa le ha dado un lugar en la historia de Irlanda. ¿Quieres saber más sobre ella?

Una isla de leyenda

La historia de Skellig Michael está muy ligada a la religión y a la leyenda. Está situada en las proximidades de la costa irlandesa, en concreto, a 12 kilómetros de pueblo de Portmagee. Forma parte del condado de Kerry y en ella se situó un monasterio ya en el siglo VI.

Monasterio de Skellig Michael
Monasterio paleocristiano

La turbulencia y el mal estado casi constante de las aguas que la separan de tierra firme hizo que hasta no hace mucho muy pocos visitantes llegaran hasta la isla, por lo que el monasterio se ha conservado casi en perfecto estado. Aparte de los monjes que lo habitaban, hay múltiples leyendas que hablan de reyes y guerreros.

Una leyenda irlandesa cuenta que hacia el año 200 después de Cristo el rey del mundo, Daire Domhain estuvo en la isla preparándose para luchar contra el guerrero Fionn mac Cumhaill y el ejército de Fianna.

Y la historia ha demostrado que, pese a su lejanía, fue objeto de invasiones vikingas que hostigaban a los indefensos monjes. En algunos casos sucumbieron a la religión y a las enseñanzas de los invasores, como el vikingo Olav Trygvasson, futuro rey de Noruega, quien hacia el año mil se convirtió al cristianismo en esta isla.

Hacia el año 1500 la isla se convirtió en un centro de peregrinación, pese a que ya no estaba habitada. Ya en el siglo XIX acogió dos faros, uno de los cuales aún se puede ver.

El monasterio de Skellig Michael

Escalinata de acceso
Escalinata tallada en la piedra

El monasterio es lo más importante que podrás ver en la isla. Aparte, claro está, de las maravillosas vistas y el precioso entorno natural. Dicho monasterio es de época paleocristiana y fue fundado por San Fionan.

Este monje vio la posibilidad de construir en esta pequeña isla, donde los monjes podían estar a salvo y vivir una vida tranquila. Era un lugar ideal para la vida austera que todo monje debía tener. Así, se constituyó como uno de los monasterios más aislados y remotos del mundo cristiano.

El recinto monástico está a unos 180 metros sobre el nivel del mar. Y para acceder a él es necesario contar con unas buenas piernas, ya que hay que subir una eterna escalinata tallada directamente en la roca por los monjes.

En dicho monasterio, podrás contemplar las seis chozas o clochans en las que vivían. Se trata de pequeñas construcciones de planta circular realizadas en piedra formando una estructura cónica. A ellas se suman dos oratorios, terrazas de cultivo y un asentamiento casi inaccesible que se cree que era para un único monje y que se sitúa en lo más alto de la roca.

Y mucho más…

Monasterio paelocristiano de Skellig Michael
Monasterio paleocristiano

El espacio que conforma Skellig Michael es uno de los más sobrecogedores que podrás contemplar. Desde 1996 forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Hablamos de un lugar tan espectacular que fue elegido para rodar escenas de Star Wars, como la de El despertar de la Fuerza, cuando Rei sube unas escaleras de piedra buscando a Luke Skywalker.

Además del paisaje y el entorno, podrás contemplar una gran cantidad de aves que han encontrado en los acantilados de Skellig Michael su hogar. También podrás ver focas, delfines y ballenas en las aguas que circundan la isla. Y si el frío no te importa, hay empresas que ofrecen sesiones de buceo por la zona.

Visitar la isla Skellig Michael

Para visitarla hay que ir en barco desde los puertos de Valentia, Portmagee o Ballinskelligs. Y debes tener en cuenta que las visitas son estacionales, normalmente desde mayo a septiembre, y que el número de visitantes por día permitidos es limitado.

El objetivo es preservar las buenas condiciones en las que se encuentran tanto el entorno natural como el monasterio. Y sobre todo, se intenta no perturbar la tranquila vida de las aves y demás animales que pueblan la isla. Así que lo mejor es reservar con antelación para que no te encuentres con la desagradable sorpresa de no poder visitarlas.