Un recorrido por estaciones ferroviarias abandonadas
En España, como en otros muchos países del mundo, el ferrocarril experimentó un auge sin precedentes a raíz de la industrialización. Prueba de ello son la multitud de estaciones ferroviarias abandonadas repartidas por toda la geografía y que cayeron en desuso tras la aparición de los nuevos y modernos sistemas de comunicación.
Este medio de transporte terrestre supuso un verdadero boom para las comunicaciones y para el transporte de materias primas a lo largo y ancho de la península Ibérica. ¿Sabías que por muchas de esas estaciones ferroviarias hoy abandonadas nunca llegó a pasar ningún tren? Acompáñanos a recorrer algunos de estos viejos esqueletos ferroviarios para conocer su estado actual y la reconversión que algunos han experimentado.
Patrimonio abandonado
En España existen más de 7000 kilómetros de línea férrea en desuso. En algunos casos, estos fueron reconvertidos en Vías Verdes, en otros, quedaron devorados por la maleza y el olvido. También hay muchas estaciones cerradas, en algunos casos espectaculares y en otras maltratadas por los vándalos.
Otras, por el contrario, han caído en manos de emprendedores que se han encargado de reconvertirlas en bonitos y acogedores hospedajes rurales, restaurantes y apeaderos en plena montaña. También han sido las propias administraciones autonómicas y diputaciones provinciales las encargadas de comprar o arrendar dichas estaciones con la finalidad de salvaguardar ese patrimonio ferroviario desperdigado por toda España.
4 estaciones ferroviarias abandonadas
De cualquier manera, el patrimonio ferroviario en este país es infinito. Por eso, a continuación, recorreremos algunas de las estaciones más emblemáticas y te haremos una pequeña radiografía de ellas para que conozcas algo más sobre esta modalidad del patrimonio industrial.
1. La Fregeneda (Salamanca)
Esta estación internacional formaba parte de la línea entre Pocinho (Portugal) y La Fuente de San Esteban. Se utilizaba para viajar o transportar mercancías entre Salamanca y Oporto. Como en la mayoría de los casos, en 1985 se cerró el tramo español por falta de rentabilidad.
Además de la estación, es conveniente recordar que este es el territorio de la vía verde de La Fregeneda o de Las Arribes. Este comienza en la Estación de la Fuente de San Esteban y tiene 77 kilómetros de recorrido, hasta la estación de La Fregeneda.
En todo caso, los últimos 17 kilómetros son los más espectaculares. En ellos, el trazado queda enmarcado junto a los ríos Morgáez y Águeda y recorre hasta 20 túneles y 13 viaductos metálicos.
2. Berdía (A Coruña)
A esta localidad gallega, a pocos kilómetros de Santiago de Compostela, ahora se le llama Santa Mariña de Verdía, aunque los habitantes aseguran que siempre se ha escrito con «B», como podemos ver en el cartel de esta antigua estación que formaba parte de la línea Santiago-La Coruña.
Esta estación es otro de los sorprendentes apeaderos atravesados por los ferrocarriles que recorren los caminos de hierro de la relevada línea Santiago-A Coruña que, a pesar de estar abandonados, tienen un encanto palpable.
En esta ruta hay otras y muy interesantes estaciones, tales como la de A Pontraga (parroquia de Parada, en Ordes), que reabrió sus puertas en 2012 como un espacio cultural, un bello lugar junto al río Lengüelle.
3. Riaza (Segovia)
La estación de Riaza formaba parte de la histórica línea directa Madrid-Burgos, inaugurada en 1968. Hoy, solo sobreviven operativos los 25 primeros kilómetros más cercanos a Madrid.
En la estación efectuaban parada, entre otros, el diurno Iberia y algunos Talgo en temporada de verano, hasta su cierre total. Momentáneamente, se pensó rehabilitar el edificio principal como casa rural, pero esto nunca llegó a hacerse.
En este caso, las vías y las instalaciones permanecen intactas y el paisaje que la rodea es bellísimo. La estación está localizada a 3 kilómetros del municipio de Riaza, y la carretera permanece en magnífico estado de conservación.
4. Canfranc (Huesca)
La construcción de la Estación Ferroviaria Internacional de Canfranc se inscribe dentro del proyecto de creación de un paso fronterizo a través de los Pirineos que comunicaba España con Francia.
Esta estación fue inaugurada por el monarca Alfonso XIII en 1928, y se extenuó durante años hasta el cierre de la línea en 1970.El hundimiento de un puente en la parte francesa de la línea férrea que atravesaba los Pirineos y unía Francia con España fue su remate.
Su silueta recuerda a los palacetes franceses decimonónicos y fue una gran estación internacional, un hotel de lujo y un escenario perfecto para el rodaje de películas.
En los últimos años, el Gobierno de Aragón ha invertido para frenar su deterioro y evitar el hundimiento, mientras se planea su futuro. Por ahora, pueden visitarse algunas estancias de la estación, como su vestíbulo.
Las viejas estaciones ferroviarias, historias interrumpidas
Como todas aquellas cosas que quedan obsoletas, las estaciones ferroviarias también han sufrido un profundo deterioro. Esto ha estado motivado por la escasa rentabilidad que las comunicaciones férreas tuvieron tras la difusión de otros medios más rápidos y menos costosos.
De cualquier manera, el patrimonio ferroviario de España es cuanto menos interesante. Son muchas las vías trazadas y las estaciones que aún hoy esperan encontrar una segunda oportunidad.
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