Recordando el extraordinario viaje de Magallanes

Una de las grandes hazañas históricas fue el extraordinario viaje de Magallanes, que permitió encontrar una ruta alternativa para llegar a la 'isla de las especias'. Esta travesía puso a prueba el valor y la resistencia de todos los que la emprendieron.
Recordando el extraordinario viaje de Magallanes

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 07 abril, 2020

En 2019 se conmemoraron los 500 años del inicio de la que fue una de las expediciones más apoteósicas del mundo: el extraordinario viaje de Magallanes. La travesía estuvo liderada por el capitán portugués Fernando de Magallanes y su compañero, Juan Sebastián Elcano, un marino español. La misión era llegar a las islas Molucas, o islas de las especias.

La aventura suponía un duro reto, pues se arriesgarían a buscar una ruta corta, lo que implicaba encontrar un paso entre el océano Atlántico y el Pacífico. El viaje fue considerado como una proeza, ya que sin saberlo sus tripulantes lograron dar la vuelta al mundo.

El extraordinario viaje de Magallanes se inició el 20 de septiembre de 1519, partiendo desde el puerto de Sanlúcar de Barrameda, en España. Después de tres años, los sobrevivientes regresaron a España, tras haber luchado contra todo tipo de avatares. A continuación, te invitamos a recordar la hazaña lograda en el extraordinario viaje de Magallanes.

Por qué el extraordinario viaje de Magallanes

Réplica de la nave Victoria de Magallanes
Réplica de la nave Victoria de Magallanes

El viaje de Magallanes fue financiado por la Corona española. La travesía era un desafío que buscaba una ruta de fácil acceso entre los océanos con fines comerciales. Su objetivo era adquirir especias y riquezas. Así mismo, pretendía concretar la idea de Cristóbal Colón, quien descubrió América, pero no encontró las islas de las especias.

Portugal tenía monopolizada la ruta hacia al oriente en el sur de África. Por tanto, Magallanes concluyó que el viaje sería más rápido entrando por el extremo de América del Sur. Así, llegarían navegando por el océano Pacífico hasta Indonesia. Es decir, que propuso una ruta opuesta a la habitual con destino a las islas de las especias.

Magallanes viajó con una tripulación de 239 hombres y cinco naves, trazando la ruta hacia el oeste, camino a Indonesia. Inicialmente estuvieron varios meses navegando en el litoral americano, al sur de Brasil. Tiempo después, la escuadra llegó al que se convertiría en el estrecho de Magallanes, era el 28 de noviembre de 1520.

Una travesía titánica

Monumento aMagallanes en Punta Arenas
Monumento a Magallanes en Punta Arena

Sin duda, el extraordinario viaje de Magallanes fue una travesía titánica desde el inicio. El rey de Portugal, Manuel I, se opuso a la expedición planteada por este marino. La negativa llevó al portugués a proponerle su idea a Carlos I de España , quien la aprobó.

Magallanes y su cuadrilla salieron de Sanlúcar de Barrameda hacia islas Canarias, navegaron luego hacia las islas de Cabo Verde, cruzaron el Atlántico y siguieron a la costa sudamericana hasta la bahía de Río de Janeiro. Después, en la costa este de América del Sur no encontraron la ruta hacia el oeste y la demora ocasionó perjuicios para los viajeros.

La situación desembocó en un drama para la supervivencia de los navegantes. El invierno y las bajas temperaturas congelaban a la tripulación en cubierta. Así mismo, los víveres escasearon y la sed y el hambre no esperaron. Estos fueron motivos para que se desataran fuertes rebeliones, además, una de las naves escapó a España y otra naufragó.

Llegada al Pacífico, entre felicidad y barbarie

Estrecho de Magallanes

Después de meses de navegación y de afrontar condiciones difíciles, la tripulación salió del laberinto. Por fin habían encontrado el paso hacia América del Sur y la entrada al océano Pacifico. Magallanes lo llamó ‘estrecho de Todos los Santos’, pero después fue bautizado estrecho de Magallanes.

Pese al exitoso hallazgo, Magallanes cometió errores en sus cálculos, pues los mapas de la época eran imprecisos. Además, perdió de vista la enorme magnitud del Pacífico así que el viaje se alargó más de lo previsto. Durante este lapso, el horror se apoderó de los navegantes, quienes reincidieron en el hambre, la sed y enfermaron de escorbuto.

El panorama no pudo ser peor, pues tuvieron que alimentarse de bizcocho hecho polvo, putrefacto y lleno de gusanos. Igualmente, tuvieron que tragar pieles de vaca, ratas y bebían agua contaminada. Por otra parte, el portugués decidió cambiar la ruta dirigiéndose hacia las islas de Filipinas. 

La fatalidad de Magallanes

Estatua de Juan Sebastián Elcano, compañero del extraordinario viaje de Magallanes
Estatua de Juan Sebastián Elcano en Getaria

Magallanes llegó a Filipinas mostrando su interés en el oro y las riquezas. Al intentar sacar provecho de la situación, el rey de la isla Mactán y sus guerreros arremetieron contra el portugués. Este respondió enfrentándose junto a 40 de sus hombres.

La pugna terminó con el asesinato de Magallanes, el 27 de abril de 1521 y su cadáver fue retenido. Elcano dirigió el resto de la expedición y continuó la ruta hacia las islas de las especias. Cuando llegaron a su destino, en noviembre de 1521, embarcaron las especias en las dos naves que quedaban y retornaron a España.

Emprendieron el viaje de regreso a la patria por el océano Índico. Sin embargo, en el trayecto de vuelta nuevamente experimentaron agotamiento, hambre y el deterioro de un barco, después de tres años de viaje.

La victoriosa llegada de los navegantes

Los navegantes llegaron a Sanlúcar en condiciones lamentables el 6 de septiembre de 1522. Solo sobrevivieron 18 hombres de los 239 que habían partido. El rey Carlos V brindó honores a los heroicos navegantes por haber consumado el extraordinario viaje.

El rey concedió a Elcano un escudo de armas que decía ‘El primero que me circunnavegó’ y le otorgó una pensión anual vitalicia. Después de un tiempo, Elcano realizó otra expedición al océano Pacífico y falleció en 1526. Tanto él, como Magallanes, fueron verdaderos viajeros épicos.