Paseando por Salamanca, una ciudad que enamora

Paseando por Salamanca, una ciudad que enamora
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 15 junio, 2016

Sin duda alguna, Salamanca es una de las ciudades más hermosas de España debido a su ingente patrimonio histórico y artístico. Pero además, no estamos hablando de una ciudad donde solo haya “piedras”. ¡No! Es una ciudad repleta de vida, especialmente por el ambiente juvenil y estudiantil que impregna esta urbe desde hace siglos.

Lo más esencial de Salamanca

Cualquier recorrido por Salamanca ha de comenzar en un lugar: su espectacular Plaza Mayor. Para empezar porque es una de las plazas más bellas del país, pero además porque allí se encuentra la principal oficina de turismo de la ciudad, donde se puede recopilar abundante información sobre lo que hay que hacer en la urbe castellanoleonesa. No obstante, para abrir boca, nosotros te vamos a dar aquí unas cuantas pistas.

La Plaza Mayor

Plaza Mayor de Salamanca
Plaza Mayor de Salamanca – Jose Lledo

Ya hemos dicho que la visita a este lugar es absolutamente inexcusable. Hay que admirar este gran conjunto de arquitectura barroca. Aunque no seas aficionado a la fotografía, verás como aquí te entran ganas de hacer fotos. Desde dentro de los soportales, desde fuera, desde el centro de la plaza, a los detalles de las fachadas, a los relieves de los medallones… En fin, un montón de fotos que también merecen un descanso tomando algo en alguno de los muchos bares y restaurantes de la plaza o de sus calles aledañas.

La Universidad de Salamanca

Universidad de Salamanca
Universidad de Salamanca – canadastock

La Plaza Mayor es el primer gran hito de la ciudad y el segundo, sin duda alguna, es su histórica universidad. Un centro educativo que se mantiene vivo tras siglos de historia, pero que además conserva unos edificios únicos.

Y entre todos ellos, destaca la fachada plateresca del edificio principal de la universidad, donde la tradición dice que hay que buscar, entre la infinidad de relieves que la decoran, una rana posada en una calavera.

“Salamanca reposa sonriente sobre sus tres colinas. Duerme al son de las mandolinas. Y se despierta sobresaltada por el griterío de sus estudiantes.”

-Víctor Hugo-

Descubriendo otros monumentos salmantinos

Sin salir del corazón de Salamanca todavía nos esperan muchos edificios históricos en un estado de conservación fantástico, como la famosa Casa de las Conchas de la calle de los Libreros, cercana a la Plaza Mayor. En esa misma calle también está la magnífica Clerecía. Mientras que si continuamos el paseo por la Calle de la Compañía o la plaza del Corrillo, llegaremos hasta la iglesia de San Martín.

Catedral de Salamanca
Catedral de Salamanca – canadastock

Hay otros muchos edificios religiosos, como la iglesia del Carmen o los conventos de los Dominicos o de San Esteban. Pero ante todo, hay que referirse a las dos catedrales salmantinas, la Antigua y la Nueva, si bien esta, “la más joven”, tiene una modernidad que ser remonta hasta el siglo XVI, en tiempos de los Reyes Católicos.

Salamanca y el turismo literario

Al principio os hemos invitado a entrar en la oficina de turismo de la Plaza Mayor. Allí veréis la posibilidad de hacer varios itinerarios temáticos por la capital salmantina, y entre esos recorridos hay algunos protagonizados tanto por escritores como por sus personajes.

Por ejemplo, la citada Catedral Antigua está muy vinculada al Cid, un personaje real, pero casi literario debido al Poema del Mío Cid. También hemos citado la universidad, un lugar ligado al talento de literatos que dieron aquí clase como Fray Luis de León o Miguel de Unamuno.

Claustro de la Universidad de Salamanca
Claustro de la Universidad de Salamanca – Guillermo del Olmo

Y por otro lado hay dos personajes de la literatura española estrechamente unidos a Salamanca. Uno es La Celestina, de la que se pueden seguir sus huellas por la ciudad, y sobre todo llegar hasta el famoso Huerto de Calixto y Melibea.

Y el segundo personaje que debemos nombrar es el Lazarillo de Tormes, nombre del río que baña la ciudad y a cuyas orillas hay un monumento en recuerdo de este pequeño pícaro, precisamente situado al lado del Puente Romano de Salamanca, uno de los monumentos más viejos de la monumental ciudad.