Las misiones de California, ¿qué eran y dónde estaban?

Cuando hablamos de misiones en América, generalmente pensamos en las que establecieron los jesuitas en las selvas de Sudamérica. Pero durante los 300 años de domino colonial hispano en América fueron muchas las misiones que se levantaron, también en California.
Las misiones de California, ¿qué eran y dónde estaban?
David Díaz

Escrito y verificado por el historiador David Díaz.

Última actualización: 21 febrero, 2020

Las misiones católicas sirvieron durante la época colonial americana como punta de lanza para explorar nuevos territorios, incorporar a sus habitantes ‘salvajes’ al mundo colonial y expandir las fronteras productivas internas. En la costa del Pacífico, en los actuales territorios del estado norteamericano de California y del mexicano de Baja California, desde finales del siglo XVII se empezaron a establecer misiones.

El origen de las misiones de California

Misión Carmel
Misión Carmel

Primeramente lo hicieron los jesuitas en la Baja California, cuando establecieron la misión de San Bruno en el año 1683. Posteriormente fundaron la de Nuestra Señora Loreto Conchó y otras 16 a lo largo de las seis primeras décadas del siglo XVIII.

Los intereses que tenía la Corona por establecer misiones en esos territorios costeros fueron varios. Uno de los objetivos era el de ofrecer protección y aprovisionamiento a los barcos del Galeón de Manila.

Esta flota, en el tornaviaje hacia Acapulco, cuando llegaba a las costas del continente, lo hacía en un estado lamentable: faltaban víveres y las enfermedades hacían mella en la tripulación. Esto la convertía en un blanco fácil para los piratas y una de las labores de los misioneros fue la de escoltar a la flota a su destino.

Pero cuando hoy en día se escucha hablar de las misiones de California, no se hace referencia a estas, sino a las que establecieron los franciscanos a partir de la expulsión de los jesuitas de América. Entre 1769 y 1833 estos religiosos establecieron misiones en la Alta California, territorio que hoy pertenece a los Estados Unidos. Hablemos un poco de ellas.

Las misiones de California en Estados Unidos

A partir del año 1769, misioneros franciscanos empezaron a construir misiones a lo largo de la costa del Pacífico de la llamada Alta California. En total, levantaron 21 centros entre la actual ciudad de San Diego y Sonoma, a 64 kilómetros al norte de San Francisco.

Misiones de California: misión de San Javier
Misión de San Javier

El establecimiento de estas misiones formaba parte de un plan de la Corona que, junto presidios militares y pueblos civiles, quería establecer presencia efectiva en esa región y expandir lo que denominaban ‘la frontera salvaje’. Los misioneros eran quienes, entre otras cuestiones, debían atraer a la población indígena del territorio a la ‘civilización’.

La primera misión fue establecida por el padre Junípero Serra, bautizado como Miguel José Serra: la misión de San Diego de Alcalá. Entre 1769 y 1784, año en que falleció, llegó a fundar otras ocho misiones en la región. Se estima que para el año 1810 en las misiones había unos 20 000 neófitos.

Como decíamos, las misiones tenían el objetivo de convertir a los indígenas en católicos. Con este fin, los padres franciscanos implementaron un conjunto de prácticas que con miras a lograr este objetivo. Así, establecieron un control riguroso de la educación, sexualidad, política o trabajo de los indígenas que decidieron o les obligaron a formar parte de la misión.

En las misiones los indígenas trabajaban en las numerosas haciendas que tenían los religiosos. La producción obtenida gracias a la mano de obra indígena, además de para la alimentación de la colonia, se comercializaba y era una fuente de ingresos importante.

Las misiones de California estuvieron operativas hasta el año 1833. Ese año, el Congreso de México, que se había independizado en 1821, votó para que las misiones se secularizaran.

Misiones de California en la actualidad

Como decíamos, fueron 21 las misiones que se levantaron en el territorio de la Alta California. Todas ellas se construyeron, aproximadamente, a 50 kilómetros de distancia una de otra, lo que equivalía a un día de viaje a caballo. Muchos edificios de estas misiones todavía se conservan. Veamos algunos de ellos.

La misión de San Diego de Alcalá

Misión de San Diego de Alcalá
Misión de San Diego de Alcalá

En la ciudad de San Diego nos encontramos con la primera misión que se levantó en la región, en el año 1769. En 1931 fue totalmente restaurada y gracias a ello podemos admirar su torre de unos 15 metros de altura con cinco campanas. Actualmente, todavía se sigue practicando el culto, pero se realizan visitas guiadas.

San Gabriel Arcángel

En el valle de San Gabriel nos encontramos con esta misión con aspecto de fortaleza. San Gabriel Arcángel presumía de tener el viñedo más grande de las 21 misiones de California con una extensión de unas 70 hectáreas. Destacan su gran campanario con seis campanas, una de ellas de 1795, y la pila bautismal martillada a mano obsequio del rey Carlos III.

Nuestra Señora de la Soledad

Esta misión es conocida como la de la mala suerte, pues su historia estuvo marcada por un conjunto de epidemias, inundaciones y malas cosechas. Estuvo abandonada prácticamente durante un siglo hasta que en el año 1959 decidieron restaurarla.

Misión San Carlos Borromeo del Río Carmelo

Misión de San Carlos Borromeo de Río Carmelo
Misión de San Carlos Borromeo de Río Carmelo

Es una de las nueve misiones que fundó Junípero Serra y en ella se encuentran sus restos. Es un hermoso edificio de estilo morisco repleto de pinturas, patios llenos de flores, estatuas originales y con una enorme fuente de agua bendita. Aquí vas a poder visitar un museo donde se exhiben elementos de la cotidianidad de la misión: ropa, muebles y herramientas de trabajo.

Podríamos extendernos más hablando del resto de las misiones de California pero sería más interesante alquilar una caravana y recorrer los más de mil kilómetros por donde se extienden las misiones, todas ellas abiertas para su visita y habilitadas para el culto. Si no eres religioso, no importa, es la excusa perfecta para disfrutar, a tu ritmo, de California, la tierra prometida.