Un lago de fuego en el volcán Erta Ale de Etiopía

Etiopía es un país de la zona oriental de África rodeado de misterios y atractivos que poco vamos conociendo y nos van fascinando. Ese es el caso del impresionante lago de lava del Erta Ale.

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 08 marzo, 2020

El volcán Erta Ale, sin duda alguna, permite descubrir una de las experiencias visuales y sensoriales más sobrecogedoras que nos ofrece la Madre Naturaleza. Es un espectáculo de lava, fuego y energía saliendo de las entrañas de la Tierra que nos dejará boquiabiertos y asombrados.

Para vivirlo en primera persona hay dos requisitos fundamentales: el primero es preparar un viaje a Etiopía y el segundo es tener un poco de valentía.

Dónde está el volcán Erta Ale

Para descubrir este espectáculo del vulcanismo hay que ir hasta el desierto de Danakil, al noreste de Etiopia, un país con muchos lugares sorprendentes. Y, sin duda, el volcán Erta Ale es uno de ellos. No se trata de una montaña grandiosa, ya que supera por poco los 600 metros, pero su estampa es inolvidable sobre la depresión de Afar.

Erta Ale: un volcán en activo

En muchos lugares del planeta se pueden tener experiencias turísticas vinculadas con volcanes. Sin ir más lejos, en España siempre es fascinante visitar el Parque Nacional de Timanfaya, en la isla canaria de Lanzarote. Y en la otra punta del mundo son muchos los senderistas y montañeros que ansían hacer un recorrido por el Parque Nacional de los Volcanes en Hawái.

En estos dos casos y en muchos otros hablamos de volcanes en activo. Y no es raro ver fumarolas o muestras de la geotermia que irradian estas montañas.

Pero si nos referimos al volcán Erta Ale, esos fenómenos naturales alcanzan una categoría brutal. Ya que en este rincón etíope es posible ver cómo emana la lava del interior de la tierra y cómo va formando un auténtico y estremecedor lago de fuego.

Un lago de lava a la luz de la Luna

En tan solo cuatro lugares del planeta es posible disfrutar de tal panorama, y uno de esos enclaves es el volcán Erta Ale. Ascender hasta su parte alta y contemplar sus dos cráteres, uno de ellos inactivo, es impresionante a cualquier hora del día.

Pero si esas vistas se disfrutan por la noche, entonces el lugar se convierte en magia pura: luz, fuego, calor… las metáforas que inspira son increíbles.

Erupciones periódicas y peligrosas

Lo cierto es que el volcán Erta Ale está en permanente actividad desde el año 1967. Y si bien la constante expulsión de gases y de lava ha sido más o menos débil durante todo este tiempo, lo cierto es que de vez en cuando su actividad se multiplica. Entonces saca mucha más lava de sus entrañas y en más de una ocasión ha causado considerables daños a las poblaciones cercanas que hay en su base.

Una visita con valor y con precaución

Cuando ha habido erupciones, se han visto fuentes de lava de muchos metros de altura y muy virulentas. Y es algo no excesivamente predecible, ya que el área del volcán Erta Ale también es un territorio con actividad sísmica que puede provocar erupciones. De manera que es un lugar que siempre requiere precaución.

Y más precaución aún se debe tener si se sube hasta su parte alta. No hay restricción alguna para acercarse al lago de fuego. Los únicos límites los tiene que poner nuestro sentido común.

Hay que ser valientes para visitarlo, pero en este caso, el miedo y el respeto nos tienen que favorecer. Es un sitio peligroso, el riesgo es evidente por las caídas, pero también por las altas temperaturas ambientales que se generan en la zona y por los gases tóxicos que emite el volcán.

En definitiva, que visualizar este lago de lava en el interior del volcán Erta Ale es toda una aventura. Es una más de las muchas experiencias inolvidables que nos puede ofrecer un continente como el africano, en el que hay mucho más que descubrir que sus habituales y exclusivos safaris fotográficos.