Rincones mágicos de Etiopía

¿Alguien está buscando un destino sorprendente? ¿Un lugar donde quedarse maravillado y sentirse como un auténtico explorador, como un viajero de los de antaño? Si es así, su destino es Etiopía.
Rincones mágicos de Etiopía
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 27 abril, 2020

Etiopía se convierte en una de las grandes sorpresas que pueden tener los viajeros que se atreven a adentrarse en tierras africanas. Se trata de un país tan fascinante y variado, como desconocido y misterioso. Ciudades históricas, paisajes únicos, monumentos excepcionales y enclaves de lo más variado. Todo eso y mucho más nos espera en las tierras de Etiopía.

Etiopía, un poco de todo

A lo largo y ancho de la extensión de Etiopía, los viajeros se pueden sorprender con la vitalidad de su gran capital Adís Abeba, pero también con las pequeñas aldeas que guardan todas las esencias culturales de tribus antiguas.

Además, es posible dar paseos por montañas y hasta por volcanes, o incluso llegar el lugar más bajo de toda África. Igual de interesante resulta hablar de sus grandes tesoros culturales.

Iglesias de Lalibela

¿Te imaginabas descubrir en Etiopía unas iglesias cristianas ortodoxas excavadas en la roca? En Lalibela nos aguarda un conjunto monumental con más de mil años de antigüedad.

Las Iglesias de Lalibela, en Etiopía.
Imagen: Wanafrica.

Esta es una visita que es una auténtica aventura, por su emplazamiento. Todavía hoy siguen en uso y conservan sus increíbles pinturas. No es extraño que estén catalogadas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Iglesias de Tigray

Ahora os queremos mostrar otras iglesias de Etiopía tan fascinantes o más: son las de Tigray. Aquí se hace necesario escalar para descubrirlas en todo su esplendor.

Las Iglesias de Tigray.

Se trata de una experiencia de lo más enriquecedora en la región de Gheralta, cuyos parajes llanos, de estratos y arena, nos evocan sin duda algunos de los más conocidos paisajes desérticos de Estados Unidos.

Las fuentes del Nilo Azul

Hallar el origen del río Nilo fue siempre una de las grandes metas de los exploradores que se adentraban en el corazón de África. Sin ir más lejos, el propio Doctor Livingstone fue en su búsqueda.

Las fuentes del Nilo Azul se encuentran en Etiopía.

Pues bien, las fuentes del Nilo Azul están en Etiopía. Hoy en día ya es mucho más común visitarlas, de hecho, desde la ciudad de Bahir Dar zarpan los barcos que llegan allí en menos de media hora.

El valle del Omo en Etiopía

Aunque a veces el turismo masivo lo puede pervertir todo, y la visita al valle del Omo puede hacer que nos parezca que visitar las aldeas de antiguas tribus de Etiopía sea un espectáculo, la verdad es que los viajeros más inquietos y libres pueden recorrer el valle del Omo más auténtico y ver cómo se siguen conservando muchas costumbres ancestrales en remotas aldeas.

Indígena del Valle del Omo, en Etiopía.

Danakil

Al comienzo hemos dicho que en Etiopía podemos encontrar el lugar más bajo de África. Y ese no es otro que Danakil. Allí está el Dallol, a 125 metros por debajo del nivel del mar.

Vista del Volcán Dallol y sus lagos de lava.

Se trata de un sitio donde siempre hace calor y las rocas son de azufre y óxido de hierro. Un territorio volcánico estremecedor, al igual que el punto más alto de esta región: el volcán Erta Ale, con su lago de lava en permanente ebullición.

Gondar

Bien distinta es la ciudad de Gondar, la que fuera la antigua capital de Etiopía, algo que se recuerda en toda su zona histórica repleta de construcciones palaciegas y amuralladas, con cierto aire a los castillos medievales europeos. Por eso, no sorprende que esta atracción turística de Etiopía se conocida también como la ‘Camelot de África’.

Vista de Gondar, Etiopía, con sus castillos característicos.

Adís Abeba, capital de Etiopía

Por último, acabamos este recorrido por los rincones más atractivos de Etiopía visitando su capital. De hecho, seguramente la entrada al país la haréis por ella. Es la ciudad más moderna y, desde sus inicios en el siglo XIX, se concibió como el punto de contacto con el exterior. Aunque su crecimiento está siendo rápido y descontrolado, tiene puntos de interés.

Algunos de ellos son en forma de museos, como el Museo Nacional o de los Mártires del Terror Rojo. Además, no se pueden perder de vista sus diferentes catedrales.

Adis Abeba, la capital de Etiopía.

No obstante, quizás lo más interesante sean su Merkato, un espacio comercial capaz de trasladarnos en el tiempo y en el espacio, y donde hay que olvidarse de ciertos conceptos occidentales sobre sanidad e higiene. ¡Este es un lugar que nos lleva a la quintaesencia de las tradiciones etíopes y africanas!