Una visita a la Mezquita de Samarra: datos prácticos

Fue durante varios siglos la mayor mezquita del mundo árabe. Hoy poco queda de ella, más allá de su minarete, que es único.
Una visita a la Mezquita de Samarra: datos prácticos

Escrito por Pedro

Última actualización: 13 septiembre, 2018

La Gran Mezquita de Samarra está en la ciudad el mismo nombre en Irak. Se encuentra a unos 120 kilómetros al norte de Bagdad, a orillas del río Tigris. Vamos a conocer mejor esta construcción espectacular que tiene más de mil años de historia.

La Mezquita de Samarra

Construida en el siglo IX, fue un encargo del califa abasí Al-Mutawakkil, que se fue a vivir a Samarra escapando de los conflictos con la población local en Bagdad. Allí permanecería 56 años, y en este periodo se dedicó a construir una cantidad considerable de palacios.

En el caso de la Gran Mezquita, era un complejo magnífico que se extendía en una superficie de 17 hectáreas. Solo el edificio ocupaba nada menos 38.000 m².

La mayor mezquita del mundo durante cuatro siglos

Gran Mezquita de Samarra – Gus Wallen / Flickr.com

Así fue antes de que la destruyesen los ejércitos del mongol Hulagu Khan. Ocurrió en el año 1278, en la invasión de Irak. Actualmente, de la que fuera Gran Mezquita de Samarra solo quedan las paredes exteriores y el minarete de casi 53 metros de altura.

De planta rectangular, la mezquita se enmarca por una pared de ladrillo cocido que tiene 10 metros de altura y casi 3 metros de anchura, apoyada en 44 torres semicirculares.

A la mezquita era posible entrar por cualquiera de sus 16 puertas. Al parecer, tenía encima de cada entrada varias ventanas de arco. Sin embargo, dado su estado, es difícil saber cómo fue originalmente. Sí se sabe que tenía 17 naves y que sus paredes estaban bellamente cubiertas con mosaicos de vidrio de color azul.

Un minarete singular

Minarete de la MEzquita de Samarra
Minarete de la Mezquita de Samarra – Airil anuar / Wikimedia Commons

A unos pocos metros del centro de la cara norte de la mezquita está la torre Malwiya. Se trata de un minarete nada común en forma helicoidal. Un cono de grandes dimensiones en espiral, de 53 metros de altura y 33 metros de ancho en la base que hace siglos estaba unido al resto de la construcción por un puente.

Construido al igual que la mezquita en ladrillo cocido, se apoya en una base rectangular. La rampa que lo rodea y que permite llegar a su parte superior divide la torre en siete pisos. Esos pisos son de idéntica altura, por lo que esa rampa se hace más empinada según se va ascendiendo

Esta atípica forma tiene que ver con la tradición de la zona. De hecho, recuerda las estructuras de los antiguos zigurats que había en Mesopotamia. Aunque lo más cercanos son los recintos de carácter sagrado o témenos romanos de Damasco. En ellos había unas torres parecidas que valían para la oración.

La Mezquita de Samarra hoy

Minarete de la Mezquita de Samarra
Minarete de la Mezquita de Samarra – David Stanley / Flickr.com

En 2005 la estructura de la torre se destruyó parcialmente, ya que insurgentes la bombardearon al darse cuenta de que las tropas norteamericanas la usaban como lugar de observación. Un ejemplo de cómo los conflictos pueden acabar con patrimonio histórico de enorme valor.

De hecho, Samarra está en la lista Patrimonio de la Humanidad en peligro. Sin duda, algo lógico a la vista de todos los sucesos que han ido sucediéndose durante todos estos años.

Se han hecho esfuerzos para su conservación, pero parece complicado que Samarra pueda volver a ser el centro turístico mundial que fue en el pasado. Y es que la inestabilidad de la zona no aconseja la visita.

Como puedes ver, en la actualidad esta maravilla arquitectónica sigue sufriendo los efectos de encontrarse en una zona en la que se vive una situación bastante complicada. No obstante, si deseas llegar a ella, hay autobuses que recorren los 120 kilómetros que la separan de Bagdad, la capital de Irak. Una vez allí podrás contratarlos.

Fotografía principal: David Stanley / Flickr.com