El valle de Liébana en Cantabria, un lugar para olvidarse de todo

El valle de Liébana en Cantabria, un lugar para olvidarse de todo
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 05 agosto, 2023

El valle de Liébana es uno de los tesoros de Cantabria. Una región del norte de España donde abundan los reclamos turísticos, tanto culturales como naturales. Pues bien, esta zona vecina al Parque Nacional de los Picos de Europa es uno de los destinos más demandados por los viajeros que llegan a tierras cántabras. Ahora os mostramos que os espera allí.

Los pueblos del valle de Liébana

Son varios los municipios que integran este territorio: Potes, Cabezón de Liébana, Camaleño, Pesaguero, Cillorigo de Liébana, Tresviso y Vega de Liébana. Y además de estas cabeceras municipales, también se hallan diversas aldeas y poblaciones menores. Por cualquiera de ellas merece la pena perderse, pero si se viaja con poco tiempo, aquí os comentamos lo imprescindible.

1. Potes

Es la población más famosa de la zona y dentro de ella destaca la Torre del Infantado. Un recio edificio de piedra construido en la Edad Media y que actualmente es una de las imágenes más emblemáticas de esta población tan visitada.

Esa cantidad de turismo se debe en gran parte a que es una de las entradas al Parque Nacional de los Picos de Europa.

2. Dobres

Y si recorriendo las carreteras del valle se ve una señal que indica la aldea de Dobres, encaminad hacia allí vuestros pasos. Os espera un conjunto histórico y urbanístico de gran valor, que si fuera poco se encuentra rodeado de un entorno natural soberbio.

3. Mogrovejo

Si durante un viaje por el valle de Liébana se desea descubrir la esencia de esta comarca, entonces sin duda alguna hay que acercarse hasta esta aldea. Aquí se acumulan distintas casonas infanzonas levantadas entre los siglos XVI y XVIII.

Los monumentos del valle de Liébana

El arte monumental de esta comarca viene marcado por la religión y la Edad Media. No hay que olvidar que aquí se creó uno de los códices con miniaturas mozárabes más valiosos del mundo y su autor ha llevado el nombre de Liébana a los museos y universidades de todo el planeta: el Beato de Liébana.

1. Monasterio de Santo Toribio de Liébana

Pues bien, el beato, este monje e ilustrador vivió en este monasterio allá por el siglo VIII. Hoy en día siguen viviendo aquí monjes, si bien el monasterio ha pasado por muchos avatares a lo largo de su historia. Fruto de ella son tanto el claustro como la iglesia, en cuyo interior destaca la capilla barroca del Lignum Crucis, la principal reliquia que poseyó el templo.

2. Santa María de Lebeña y Santa María de Piasca

La primera es un templo de origen mozárabe de pequeño tamaño pero de exquisita concepción espacial por el juego de alturas que se descubre en su interior. Mientras que Santa María de Piasca, un antiguo convento para monjes y monjas, es una de las mejores obras románicas de Cantabria, sobre todo en lo referente a sus relieves y esculturas.

“Viajar y cambiar de lugar imparte nuevo vigor a la mente.”

– Séneca –

Los horreos del valle de Liébana

Dentro de la arquitectura popular hay muchos edificios con gran personalidad en esta comarca cántabra. Pero hay un tipo de construcción que destaca sobre el resto: los horreos. Unas construcciones elevadas sobre pivotes de madera o de piedra para almacenar allí alimentos, que así quedan a salvo de la humedad imperante en la zona y también de los muchos roedores.

Un paseo por las tradiciones del valle de Liébana

En cada pueblo, aldea o por cualquier paisaje del valle de Liébana se descubren detalles o infraestructuras que nos hablan de las tradiciones y formas de vida del lugar. Por ejemplo, en Anienzo se ve un batán o pisa que con la fuerza del agua ayudaba a la rudimentaria industria textil. También en Anienzo hay un museo de la sidra o el potro de herrar.

Y si nos vamos a Cabezón de Liébana descubriremos el Museo de los Telares y una fragua. Mientras que en Vega de Liébana podemos visitar La Casa de las Doñas, reconvertida en un interesante centro etnográfico sobre la vida tradicional en este rincón de Cantabria.